Historias de “bola de humo” (primera parte)

Dicen que no es la “bola 8”; que en realidad es “bola de humo”. Ese era el mote de su abuelo, de oficio molinero, y de su papá, que fue telegrafista en un principio, en Otatitlán. La ventaja de ser empleado federal, es la razón que le permitió a su papá trasladarse a vivir a Baja California cuando “bola de humo” era aún muy pequeño, pero sus papás se separan al poco tiempo y él regresa con su mamá a Otatitlán, dónde estudia hasta el segundo de Secundaria y en esa época lo manda a traer su papá a Baja California para que continúe sus estudios, con quien luego de algún tiempo termina distanciado de manera irremediable. El distanciamiento fue de telenovela: cuentan que “bola de humo” se enamoró de su madrastra y hasta un retoño hubo de ese romance. Su madre, por su parte, encontró un nuevo amor en un tractorista, que a su vez era esposo de una profesora. Ambos tuvieron un hijo, que ahora es prominente funcionario federal. Por el momento aquí la dejamos, pero aún hay muchas más historias secretas que el aludido ni se imagina. Historias casi al estilo de la novela “El amor en los tiempos del cólera”, del laureado Gabriel García Márquez.

Algunos protagonistas o testigos están dispuestos a hablar. Primera llamada… primera llamada… primera.