Jorge Winckler, un fiscal en alfileres

Será el próximo 29 de marzo cuando el subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa Cifrián, presente a los 12 colectivos de familiares de desaparecidos el calendario para iniciar la identificación de cadáveres en fosas de Veracruz: 250 en Santa Fe y casi 50 en Alvarado.
Pero el padre Alejandro Solalinde puso este miércoles el dedo en la llaga, al afirmar que existen muchas otras fosas por revelar en municipios como Coatzacoalcos, Tierra Blanca, Acayucan, Orizaba y Córdoba. Habría que añadir Tres Valles, la región de Cardel y la zona limítrofe con Tamaulipas.
Estaríamos hablando de centenares de cadáveres; centenares de personas a quienes sus familias, sin importar si tienen o no implicación con actividades delictivas, están buscando desesperadamente.
La Fiscalía carece no sólo de voluntad, sino que se ve rebasada por la situación, dada la magnitud del problema. Tendría entonces la Federación, como sucedió en Ayotzinapa, solicitar la cooperación internacional, forenses de otras latitudes que ayuden con la minuciosa identificación de los cadáveres, para que sea rápido, para que no tome una década.
Junto con el tema técnico urge que el Ejecutivo Estatal revalore la permanencia de su Fiscal ante la inconformidad de los colectivos, ante críticas de otros estados y de voces autorizadas moralmente, como la del incansable padre Solalinde.
No basta que Jorge Winckler pida disculpas. No basta con que él mismo diga que sí es sensible, que quienes no tenemos trato con él no lo entendemos. La seguridad y su procuración son el desgaste del Gobernador.
Sí miramos al 2018 es difícil pensar que el mandatario veracruzano vaya a cargar el costo social de un fiscal insensible, frívolo y lo peor, que no da resultados.
@YamiriRodriguez