El precandidato de la coalición “Por un Veracruz Mejor”, José Yunes, es uno de los mejores amigos de José Antonio Meade Kuribreña, dicho hasta el hartazgo; viene al caso porque el de Perote no se cuelga de ese fuerte lazo para enfrentar quizás la competencia más difícil que ha vivido el PRI en el estado en toda su historia.
Como reza el dicho “le tocó bailar con la más fea”, pero no se amedrenta; aunque al arranque de este proceso se sintió tibia actividad del hasta hace poco senador, hoy parece que enfiló con gran energía el difícil camino.
A pesar de la reciente pesadilla “duartista” muchos reconocen en José Yunes a un hombre congruente, capaz y honesto; al igual que su tocayo, el aspirante a la Presidencia de México, carga con una marca que han desprestigiado los que fallaron y abusaron en exceso.
El precandidato priista trae números que presuntamente lo ubican en igualdad de condiciones que sus competidores al final de esta etapa, en la cual lo que más privó fueron las limitantes impuestas por los órganos electorales.
Su crecimiento en encuestas tiene bases sólidas. Los grupos priistas, a pesar de sus divisiones internas después de un negro periodo, mantienen una lealtad con José Yunes, quien hay que decirlo, nunca se ha desviado en principios y lealtades ideológicas.
José sabe la dificultad electoral a la que se enfrenta, repetimos, compite con el gobernador de Veracruz a través de su hijo y con Andrés Manuel López Obrador, el verdadero factor de atracción de Morena en la entidad.
Yunes Zorrilla no es un peleador callejero en elecciones, no le gusta la guerra sucia, siempre busca altura de miras, ojalá sea suficiente.
Sin embargo, desde el centro del país quieren que a José le vaya bien, pues de esa manera al otro José le iría mejor; Veracruz es estratégico y con el pleito entre el gobernador y López Obrador el PRI habrá de sacar raja. José está “engallado”, a ver cómo le va.
ÁGORA
El presidente Enrique Peña Nieto tuvo los pantalones al afirmar en su pasada gira a Perote, que en seguridad no estamos bien.
Sin embargo, en la entidad seguimos escuchando anuncios locales de fantasía en dicho rubro.
Isabel Miranda de Wallace, de Alto al Secuestro, de nuevo ubicó al estado de Veracruz como uno de los estados con mayor índice de este despreciable delito. Es más, ya estamos en un penoso segundo lugar. Uff.
ÁGORA II
Lo que más espera el electorado en Veracruz es una propuesta seria que pueda dar esperanza para enfrentar la grave inseguridad que se vive; de paso, que fijen su postura en temas laborales, como por ejemplo, si al igual que pasó en 2016 ¿harán despidos masivos de la burocracia para ubicar a sus afines a pesar de tratarse de gente de otros estados del país?
Aprovechando el viaje, que los aspirantes den a conocer de manera transparente sus propiedades y la forma en como las adquirieron, así como sus cuentas bancarias nacionales y si es que tienen algunas en el extranjero.
@monicamarena
