La Arquitectura Bancaria Internacional

¿Sabía usted que en pleno año 2018 existe un Banco Central de Bancos Centrales? Así es, leyó bien, un mega Banco que sirve de banca central para diversos bancos centrales del mundo.

Por definición un banco central es aquella entidad perteneciente a un Estado legalmente constituido que tiene entre otras funciones proveer la moneda de curso legal a la economía a la que pertenece, así como establecer una tasa de interés general (costo del dinero) como parte del diseño y aplicación de una política monetaria y en general mantener el equilibrio del sistema financiero de su país.

La mayoría de los Bancos Centrales alrededor del mundo son organismos independientes al Gobierno y gozan de autonomía legal para desempeñar sus funciones sin la presión e influencia del Gobierno en turno. En México tenemos al Banco de México (BANXICO); en Estados Unidos tienen al sistema de la Reserva Federal (FED); la Unión Europea tiene al Banco Central Europeo (BCE); en China tienen al Banco Central Chino y así cada país tiene su propio Banco Central.

No obstante, resulta interesante conocer acerca de una entidad supranacional, el banco central de bancos centrales, conocido bajo el nombre de “Bank for International Settlements” (BIS).

El BIS es el organismo financiero internacional más antiguo del mundo. Se fundó en 1930 con la firma del Tratado de Versalles, el cual puso fin a la Primera Guerra Mundial. Su creación fue idea del Ministro de Economía de Adolfo Hitler y el entonces Gobernador del Banco de Inglaterra. En su fundación participaron los bancos centrales de Bélgica, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Japón, así como los Señores J.P. Morgan & Company y el First National Bank of New York y el First National Bank of Chicago. Este dato revela que desde entonces, algunos accionistas del BIS son personas privadas.

Para poner en perspectiva, el BIS se fundó 15 años antes que el “Fondo Monetario Internacional” (FMI) y el “Grupo Banco Mundial” (GBM), los cuales fueron producto del Acuerdo de Bretton Woods en 1945 al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Actualmente el BIS agrupa 60 Bancos Centrales que representan el 95% del PIB mundial. Su sede se encuentra en Basilea, Suiza y tiene únicamente 2 oficinas de representación en todo el mundo. El BIS goza de privilegios e inmunidades al amparo de diversos Tratados y Acuerdos Internacionales. No paga impuestos a ningún Gobierno y no está sometido a la jurisdicción legal de ningún Estado. Los activos del BIS como Oro y divisas gozan de inmunidad en tiempos de paz y en tiempos de guerra de medidas como la expropiación, requisa, incautación, confiscación o prohibición de exportación. Sus funcionarios gozan de privilegios diplomáticos y cualquier conflicto con el Banco será desahogado en el Tribunal de La Haya especial contemplado desde 1930.

Ningún particular ni ningún gobierno puede abrir una cuenta en el BIS ya que sólo funciona para bancos centrales.

Ellos se presentan como un “foro para la cooperación financiera y la estabilidad bancaria internacional” pero muchos lo consideramos una entidad opaca y polémica, al estar en la punta de una arquitectura bancaria internacional; al agrupar bancos centrales que tienen carácter público en Estados donde los ciudadanos pagan impuestos; al ser fundado y propiedad de particulares como el caso de JP Morgan; al gozar de tremendos privilegios e inmunidades y sobre todo al NO RENDIR CUENTAS A NADIE.

No es de sorprenderse entonces que sus Directivos como el flamante Ex-Gobernador de BANXICO, Agustín Carstens hayan salido a la opinión pública recientemente para hablar mal de “Bitcoin” y las nuevas tecnologías financieras. Las cuales representan una alternativa real a ese sistema monetario centralizado y global controlado por ellos. La buena noticia es que Satoshi Nakamoto, el creador de “Bitcoin” y otros libertarios, NO LES PIDIERON PERMISO para crear estos nuevos sistemas de dinero electrónico descentralizado, simplemente lo hicieron gracias a la tecnología y NADIE puede des-inventarlos (algo similar al internet).

En los próximos años veremos cómo se desarrolla este nuevo paradigma monetario-financiero y si el BIS continúa siendo la punta de la pirámide bancaria internacional.

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