La burla de Duarte

La diferencia entre 50 años de prisión, a 9 o 2, es abismal. ¡Brutal!

Vaya, cualquiera quisiera tener la suerte de Javier Duarte de Ochoa, con su familia en Inglaterra, mientras que él purgará una condena mínima, para después irse loco de contento con su cargamento, multimillonario pues, aunque atrevidamente asegure pasar por apuros económicos para pagar las colegiaturas de sus hijos.

Que descaro.

Duarte, considerado como el mandatario más corrupto de la historia moderna del País, gozó de una disfrazada impunidad, y tal y como mencionamos, la PGR y el Gobierno de Enrique Peña Nieto le está dejando este regalito a Veracruz, el cual seguramente abrirá Andrés Manuel López Obrador en unos 24 meses, donde por “por buena conducta” un sujeto que junto con sus cómplices devastaron un estado, pudiera ser puesto en libertad.

¡Pero qué carajos! Vivimos en México y todo es posible.

Incluso, en algunas semanas estaremos entrando en la época de una república amorosa, donde la amnistía se podrá de moda y donde hasta los corruptazos como René Bejarano o Napoleón Gómez Urritia son consagrados por el manto purificador de AMLO, así que un Duarte más o un Duarte menos qué más da.

Triste, tristísimo, pero cierto.

Sin embargo, y aunque la noticia de una condena relax para Javidú, vino a alegrar a algunos, muchos de sus cómplices y ex colaboradores pueden no llevar su misma suerte.

Le explico.

En la Fiscalía General del Estado se siguen cocinando averiguaciones así como expedientes y salvo intentos de pactos políticos que generen los paladines de Obrador, como el gobernador de Chiapas Manuel Velasco, quién por sus “fueros” pretende proteger a sus aliados jarochos gracias a sus conexiones con los de “la cuarta transformación”, Jorge Winckler Ortiz ha asegurado que irá por todos aquellos participantes en el histórico atraco a las arcas de la entidad.

Así tal cual.

Winckler, a quién escribe le señaló que no habrá ni perdón, ni mucho menos olvido, y que defenderá la autonomía de la FGE para ofrecer justicia a las y los veracruzanos.

Ya veremos qué es lo que pasa.

Nadie puede cantar victoria.

“La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera”.

POR CIERTO, el pasado 3 de septiembre se cumplió un año de la denuncia que hiciera el ahora presidente municipal de San Andrés Tuxtla Octavio Pérez Garay, contra su antecesor Manuel Rosendo Pelayo por una licitación irregular de luminarias y la creación de empresas fantasmas, presentándose presuntos desvíos por la orden de varios millones de pesos.

Los tuxtlecos esperan ansiosos el desenlace de esta historia.

@IvanKalderon
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