LA DETENCIÓN DE DUARTE, CIERRA UN CAPÍTULO MÁS DE LA HISTORIA DE VERACRUZ.

De regreso del periodo de inactividad laboral, con motivo de la celebración de la Semana Santa, las campañas electorales que se realizan y las que comenzarán el próximo mes, tienen un periodo de duración tan corto, que en un abrir y cerrar de ojos habrán terminado, y seguramente los resultados electorales serán impugnados hasta llegar al TRIFE, donde la ultima palabra habrá de conocerse unos días antes de la fecha establecida para el cambio de gobernador en los estados de Mexico, Coahuila y Nayarit; lo mismo sucederá en cuanto a los resultados electorales en los doscientos doce municipios veracruzanos; puesto que no es novedad que hasta un día antes de la fecha de instalación de los cabildos, se dicta la resolución definitiva que pone fin al conflicto legal, aunque no siempre al conflicto post electoral que deje satisfechos a los contendientes y a sus seguidores.
Cuando nadie se lo esperaba, de pronto las redes sociales y los noticieros de televisión, comenzaron a transmitir la noticia sobre la detención del ex gobernador de Veracruz, doctor Javier Duarte de Ochoa; confirmando lo que ya se venía diciendo, que JD salió de Coatzacoalcos con rumbo a Tuxtla Gutiérrez Chiapas, donde radica su suegro el abogado Tony Macías y que de ahí viajaba con frecuencia a Guatemala, con el fin de permanecer lejos de sus posibles captores, siendo finalmente en uno de esos viajes a Guatemala, cuando fue detenido al estar hospedado en el hotel la Riviera de Atitlan. Atrás quedó la figura retadora y altanera del doctor Duarte, quien esposado en el lobby del hotel donde fue detenido, quedó reducido a una triste figura de hombre derrotado.
Se unificaron las primeras planas de la edición dominical de los medios nacionales, puesto que la noticia principal expresaba la caída del doctor Duarte de Ochoa en Guatemala, acompañada la nota, de un escueto boletín en el que se afirmaba que la Policía Federal mexicana, siguió la pista al vuelo particular que contrató su concuño esposo de Mónica Macías Tubilla, quienes lo visitarían en el hotel La Riviera de Atitlan, a doscientos diez kilómetros de Tapachula, Chiapas, dentro del territorio guatemalteco. De “pena ajena”, resulta la fotografía que se hizo circular del ex gobernador veracruzano, quien con una carrera política meteórica, alcanzó la gloria que hoy lo tiene a las puertas del infierno. Nadie quiere venganzas personales en contra del doctor Duarte; los veracruzanos se han expresado por la recuperación del dinero que se llevaron del erario público; y en todo caso, por la aplicación de las penas con que la ley castiga esas conductas anti jurídicas cometidas por JD y sus ex colaboradores, aplicando el criterio judicial que corresponda a un “Juicio Justo”. Por lo demás, esta no es la primera vez que se quebrantan las finanzas públicas de Veracruz, para enriquecer patrimonios familiares de políticos deshonestos; y tampoco creemos que será la última; puesto que nadie escarmienta en cabeza ajena y la moral pública se encuentra en decadencia.
Pero como la política nunca descansa y los políticos menos, las campañas en las tres entidades federativas donde habrá cambio de gobernador subirán de tono, porque uno de los contendientes es abanderado del PRI y arrastrará consigo, el desprestigio del gobierno del doctor Javier Duarte de Ochoa, priista por los cuatro costados, aunque sus derechos de militante y miembro activo del tricolor, hayan sido suspendidos por la Comisión de Honor y Justicia Partidaria, comisión obediente y sumisa al mandato del lider Enrique Ochoa Reza; por su parte, otro de los contendientes resulta abanderado por el PAN, o por el PRD; o por la coalición entre ambos partidos; y tratarán a toda costa los candidatos y sus promotores del voto, de sacar raja de la detención y encarcelamiento del ex gobernador Duarte de Veracruz; poco ayudará a los priistas, el estribillo que ya vienen cantando desde que comenzó éste proceso electoral, en el sentido de que el combate a la corrupción que propone Peña Nieto, es frontal; no importa que en esa lucha contra la corrupción se tenga que encarcelar a gobernantes que fueron abanderados del tricolor y que hoy cargan con el descrédito del enriquecimiento ilícito y de la disposición indebida de recursos públicos, que resulta ser la principal muestra de Corrupción e Impunidad.
Los mexicanos seguirán teniendo para su entretenimiento y diversión, el pan y circo que proporcionan los titiriteros de la política; pero mientras se apliquen esas tácticas distractoras y no se combata con efectividad y resultados a la delincuencia y a las bandas criminales, la inestabilidad social seguirá creciendo y el peligro de desencadenar una guerra civil, está a la vuelta de la esquina. Y entonces de nada servirá llenar las cárceles de políticos corruptos, mientras en la calle se libra una batalla todos los días, por conservar la vida y la integridad física de las personas. El hostigamiento de Donald Trump con la deportación masiva de mexicanos migrantes, afectará también la buena marcha de las instituciones públicas.