La ejemplaridad y coherencia de Evo morales y AMLO

A propósito de una nueva narrativa de la justicia y del hombre local

“Es mi obligación como presidente indígena y de todos los bolivianos asegurar la paz social”. Con estas palabras inició su dimisión Evo Morales, no importó que durante su gobierno, Bolivia hubiera crecido económicamente y se cerrará un poco la brecha entre la inmensa mayoría de indígenas pobres que la pueblan y los ricos hacendados que la gobernaban, sus palabras son coherentes y responsables, ya que su permanencia en el poder público, hubiera sido el pretexto para hacer del golpe de estado que orquestó el Imperio un llamado al sacrificio y el derramamiento de sangre de los hermanos y hermanas bolivarianos en su pretensión de derrocar a otra voz disidente de los dictados del Imperio. América Latina sufre otra vez más, la saña y la prepotencia colonial, re mixtificada por la narrativa tramposa de los espejismos democráticos del imperio para mantener el statu quo y continuar el dominio colonial sobre nuestra maltrecha y empobrecida América Latina.
Ni los esténtores a la guerra contra el Imperio y el llamado a detener a la derecha del expreso de conciencia, recién liberado, Lula, ni el triunfo de Fernández en la Argentina y su llamado a hacer un frente común progresista, y ni el gobierno progresista de Andrés López Obrador en México, podrán cambiar la realidad de decadencia, pobreza y marginación de nuestra América Latina, incluido México, el Imperio como lo he dicho es muy poderoso, y ahora no necesita, en la era de la bestia rubia (http://www.jornadaveracruz.com.mx/Post.aspx?id=190729_192740_389), ni ser cortes ni diplomático, las grabaciones del contubernio entre sus esbirros del congreso, embajada de Estados Unidos en Bolivia y los rastreros de la derecha de Bolivia lo prueban, para mantener el dominio y el poder mundial, América Latina sigue siendo el patio trasero de los Estados Unidos.
Extraigo unos párrafos del texto que hago referencia en el anterior párrafo, para ayudarme en mi lamento por esa realidad que aun quisiéramos muchos que no fuese así:
Un relato del predominio de la raza dominante y sus pueblos sometidos a espejismos y mitos constitutivos para su explotación rapaz e inhumana, quizás un relato de la biología de lo social, y la genética de la verdadera filosofía que no nos atrevemos a aceptar como la verdadera “naturaleza humana”.
Pero “las bestias rubias”, la especie dominante en la cúspide de la pirámide evolutiva construyó un andamiaje intelectual ( los espejismos democráticos) para acompañar a la fuerza bruta y hacer parecer que vivimos el mejor de los mundos posibles, y consumar y mantener el predominio, la consumación del único relato de la historia humana, anterior y el futuro escrito para la eternidad tiene que ver que siempre albergamos el sentimiento o pensamos que el ser humano es un ser bueno, racional y comunitario, que la historia del animal llamado hombre es la historia de una evolución positiva y exitosa, es decir, que el desarrollo del hombre, a lo largo de su corta historia en este mundo, es hacia mejores estadios de vida, y cognitivamente hacia el desarrollo de su inteligencia para construir un mundo prospero, racional y justo. Pero parece ser que no es así, y el comediógrafo latino Plauto (254-184 a. C.) en su obra Asinaria, Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit, Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro, sentencia la naturaleza humana.
Los tentáculos del Imperio operan por doquier, no hay lugar en el mundo donde no estén operando con vasallos y enviados personales para trabajar en la radiografía de los poderes locales, y planear las estrategias aconsejables para mantener el Dominio Mundial, vergonzoso y repugnante es ver actuar a los vasallos locales para los intereses del Imperio, y sin escrúpulos.
La renuncia del depuesto presidente Evo Morales nos las quieren vender el Imperio y sus controlados medios de comunicación, principalmente, los medios virtuales y las redes sociales,
sobre esto último, permítanme hacerles un haikú,
“primero fue la hora del tiempo de las maquinas, ruedas, fabricas, edificios, placebos, etc., donde los sentidos eran explosionados y utilizados para reafirmar nuestra condición de civilizados, hasta llegar al momento actual, donde lo real se sustituye por una híper-realidad que nos deja en total indefensión ante el sistema mundial de dominación y explotación, el proceso de alienación culmina exitosamente, y el hombre se reduce a un plus, queda pues tan sólo un numero en la lápida de cada uno de nosotros aun antes y después de morir”,
que es producto de su intento de perpetuarse en el poder y del supuesto malhecho fraude donde logró otro periodo de gobierno, pero oculta la asonada golpista promovida y ejecutada por el mismo Estados Unidos, y el éxito de justicia social del gobierno del presidente Evo Morales.
Sobre la acusación de encubrir en la reelección una dictadura, creo que el prejuicio a la reelección en América Latina al respecto, el Imperio en su narrativa ocupa un lugar predominante, ni siquiera contraponer el uso de la reelección en Europa que es un uso legal frecuente, y hasta podríamos decir, moderno, ha podido quitarle el tufo de que todo mandatario que aspira a la reelección en América Latina es un dictador, y los ejemplos que azuza y juzga negativamente el Imperio a favor de esa narrativa genocida de dominio en América Latina son Venezuela, Nicaragua y Bolivia, como contrapuestas a “la pureza” de la corrompida democracia, quién puede ver en Duque en Colombia que la democracia dio a un ejemplar mandatario preocupado por la pobreza de los pueblos de nuestra hermana república de Colombia, quién puede ver en Bolsonaro un ejemplo de probidad y grandeza en un Brasil que bien podría estar encabezando el movimiento progresista por nuestra América Latina, quién podría ver en Piñera en Chile una derecha honesta capaz de sanar y conciliar las heridas sufrida por el Imperio, quien vivió en carne propia, con sus muertos y heridos, las estrategias mortales de dominio del Imperio que no le importa matar con tal de mantener el poder en el Mundo, por eso digo que fue ejemplar la respuesta del presidente Evo, porque sabía bien que todo intento de defender la democracia en el poder, podría traer consecuencias fatales para los hermanos y hermanas bolivarianos.
Todavía vivimos recientemente los mexicanos un comportamiento insano de los vasallos del Imperio en su intento de volver al poder público, quienes criticaron airadamente la actitud del presidente Obrador al preferir liberar a un miembro de la delincuencia organizada, que exponer a la ciudadanía a males mayores, AMLO tuvo, como Evo, un comportamiento ejemplar, los que gobiernan deben tener como máxima más que política, moral, preservar la vida de los ciudadanos y preservar la tranquilidad social. El fuego no se combate con fuego, eso es un contrasentido, y una contradicción.
La historia del hombre nos muestra que la guerra termina con la paz y la paz con la guerra, el termino de las guerras se posibilitaron con el diálogo, por lo que tenemos que sentarnos a hablar, a dialogar tarde que temprano, y todos sin exclusión, la reconciliación nacional y mundial, la cicatrización de las heridas que nos hemos infligidos, la condición de vasallos de América Latina, demandan ponernos a dialogar con el Imperio, porque no hay otro mundo, y esta condición nos hermana, pero para que eso ocurra América Latina debe estar unida y recuperar memoria histórica.
El destino de América Latina no está en una guerra de guerrillas, esa nostalgia trasnochada de la guerra fría es impensable con la maquinaria sofisticada perfecta de guerra del Imperio, y el control de los medios de comunicación que tiene, necesitamos hacerle pensar al Imperio que un mundo mejor y próspero es mejor para todos.
El destino de América Latina está en una nueva narrativa mundial que incorpore las diferencias y haga posible otra lectura ahora del hombre local, el hombre universal no existe ni existirá, es insostenible un solo rostro más que desfigurando con el misil los rostros individuales.
El destino de un mundo justo está en borrar de la narrativa del imperio la igualdad e incorporando las diferencias como formas de vida social y mundial.
A por esa nueva narrativa de la justicia y del hombre local universal.

Noviembre de 2019