LA MISMA HISTORIA CON LOS DIPUTADOS

Una de las facultades que tiene el congreso es el de conocer a detalle, de viva voz de los secretarios de despacho, el estado que guarda la administración pública estatal.

Una y otra vez, las y los diputados insisten en transparencia y rendición de cuentas.Sin embargo es claro que a ellos y ellas no les importa practicarlo.

Las comparecencias de las y los responsables de las diferentes secretarías de despacho prácticamente los legisladores de las han pasado por el arco del triunfo.

Hubo varias en las que tan solo acudieron tres diputadas y diputados a escuchar y a cuestionar a los comparecientes. Sumados a los otros tres integrantes de la comisión legislativa del caso, estamos ante apenas el diez por ciento de legisladores a los que les importó asistir.

Uno se pregunta qué tanto tendrán que hacer los restantes 44 diputados que es más importante que cumplir con su trabajo de presentarse a las comparecencias.

Hay quien opina que el formato debe cambiar, a mi me parece que lo debe de cambiar es la indolencia e irresponsabilidad de quienes dicen representarnos y actúan sin importarles un comino lo que tengan que decir las y los responsables de la administración pública estatal.

Acostumbrados al ruido mediático y a la denostación en redes, con eses publicaciones, casi siempre elaboradas por empleados suyos, los legisladores pretenden cumplir la cuota política de golpear por golpear y taparle el ojo al macho generando una falsa percepción de asistencia.

De vergüenza el actuar de quienes no asistieron y cuando lo hicieron solo fue para generar discordia.

Ah! Pero es seguro que hoy que asiste a comparecer el gobernador, ahora si estén todos y todas. Unos para que los vea presentes, los demás, para darle con todo, qué de ruido mediático se trata.

Y luego se preguntan los diputados por qué los ciudadanos no los respetan y no les creen.