La ruta de los negocios Duarte-Mansur llega a Puebla, revela columnista

Mucho muy interesante lo que expone su columna del diario 24 Horas Puebla el periodista Mario Alberto Mejía, quien revela nexos y una ruta de los negocios de la dupla Javier Duarte-Moisés Mansur que llega al vecino estado de Puebla.
El periodista poblano señala que una hermana de “Moi” Mansur, Pita Mansur, es propietaria de dos razones sociales que habrían sido beneficiadas con contratos para eventos del gobierno de Duarte de Ochoa: Alquiladora y Eventos Celebra SA de CV y Carpas Casa Blanca de Puebla.
“Las dos razones sociales conducen a la Florería Celebra, ubicada en Teziutlán Sur 96 A, colonia La Paz, Código Postal 72160. Durante el feliz gobierno del matrimonio Duarte-Macías (feliz para ellos, infeliz para el infelizaje), doña Pita Mansur iba una y otra vez a Veracruz para coordinar que las carpas que todos los días le contrataban estuvieran bien montadas. ¿Y qué decir de las decenas de millones o billones o trillones de flores que adornaron los actos del binomio Duarte-Mansur? Doña Pita surtía y decoraba todo con el excelente gusto que le caracteriza”, escribe Mario Alberto Mejía en su espacio La Quinta Columna, en la entrega titulada “La hermana del prestanombres de Javier Duarte y sus negocios poblanos”.
El periodista añade que “tras la revelación de la trama de la corrupción de los Duarte (…) sobrevino la danza de las deslealtades. Y es que Moisés Mansur traicionó a Javier Duarte y le entregó a Miguel Ángel Yunes la ruta del dinero black. Dicen las amigas de doña Pita que ella entró en una severa crisis emocional y que dejó de dormir y de comer. No podía ser de otra manera, pues una de esas rutas de contratos inexplicables, exasperantes y absurdos conduce a la Florería Celebra”.
Y aporta otro dato interesante: “Un capítulo falta en esta trama. El hijo del matrimonio Escudero-Mansur fue secretario particular de Duarte durante varios años. Cuando el barco pirata empezó a hundirse, nuestro héroe renunció. Y regresó a Puebla. ‘Nunca firmó documentos’, acotaron sus familiares. No era necesario. Por sus ojos pasaron negocios sucios, dinero black, personajes siniestros y encuentros indecorosos. Sus oídos escucharon todo lo que un particular puede captar: conversaciones, gritos y susurros. (Todo aquello que vuelve cómplice a quien forma parte —ineludiblemente— de un grupo de la delincuencia organizada). Regresó a Puebla queriendo escapar de la pesadilla. Y arrancó un jugoso negocio”.
¿A quién se referirá exactamente el periodista? Esta historia continuará.