La sociedad, unida contra la barbarie

Como todos los veracruzanos, seguí con mucha preocupación los lamentables incidentes de la semana pasada, en los que se puso en peligro nuestra convivencia como sociedad con el pretexto del alza en el precio de los combustibles.

Sin duda, la decisión del gobierno federal de liberalizar los precios de la gasolina y demás combustibles nos pega a todos, porque afectará invariablemente los costos de producción de todo tipo de productos y materiales, y en consecuencia, se creará una espiral inflacionaria en la que todo nos saldrá más caro, tengamos o no automóvil. En ese sentido, el enojo de la gente está justificado.

Sin embargo, no es a través de la rapiña y el saqueo de comercios como se va a resolver esta situación. Pero desgraciadamente ésa fue la vía por la que se optó en algunas ciudades para mostrar descontento y, en muchos de los casos, ejercer una suerte de “venganza” contra supuestos “enemigos de clase”, quienes paradójicamente son los verdaderos generadores de empleos y riqueza de este país.

Movidos por quién sabe qué oscuros intereses, los instigadores de la violencia lastimaron la economía de las ciudades en las que se vandalizaron comercios, pues algunos de éstos sufrieron pérdidas que hacen inviable su reapertura al público, con la consecuente pérdida de empleos para muchas familias. Eso sí afecta directamente a la población, su estabilidad y su futuro.

Además, se minó la confianza de la sociedad en las instituciones, que por un momento fueron rebasadas por las turbas que atacaron no solamente grandes tiendas y centros comerciales, sino pequeños y medianos negocios.

El saqueo, los disturbios y la violencia no resolverán la situación económica que enfrenta la sociedad veracruzana, y sí, en cambio, ponen en serio riesgo la gobernabilidad en un momento verdaderamente delicado, en el que los veracruzanos buscamos salir adelante tras varios años de otro tipo de rapiña, ésta perpetrada desde el gobierno, y tanto o más dañina que la de la semana pasada.

Todos los niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, están obligados a restablecer y garantizar el orden en el estado de Veracruz, trabajando coordinadamente, sin prejuicios políticos o partidistas, pues lo que está en juego es nuestra convivencia en armonía como sociedad.

Asimismo, y para evitar que esto vuelva a suceder, se debe castigar severamente a quienes incitaron y llevaron a cabo los saqueos. A la cárcel deben ir a parar los vándalos, los alborotadores y los ladrones que infringieron la ley a plena luz del día, a los ojos de todos. La impunidad no debe permitirse.

La población debe mantener la calma y evitar afectar la economía de sus ciudades, así como caer en provocaciones. A su vez, las autoridades tienen la obligación de buscar soluciones a corto, mediano y largo plazo para generar empleos y darle un respiro a la economía, de manera que a las alzas de precios se contraponga algún beneficio que permitiría recomponer poco a poco el tejido social.

Vivimos un momento difícil para Veracruz, pero la gente merece una vida mejor. Somos una sociedad con valores, que trabaja y que busca lo mejor para sus familias. La barbarie y la delincuencia no es lo que nos distingue. Hay que hacerle frente a este enorme reto en unidad.

*Presidente de la Asociación Civil Nuestro Municipio.
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