LAS PRIMERAS INCONGRUENCIAS

Sin duda, la estrategia de López Obrador de voltear al sureste mexicano y buscar su desarrollo y plena integración a la economía es una decisión acertada.

México en el norte y en el sur son tristemente dos realidades muy distintas. El sur está olvidado, en pobreza brutal, sin inversiones y sin mucha esperanza en el futuro.

Por ello es que algunos anuncios que ha hecho el presidente electo han sido alentadores para quienes vivimos en esta parte del país.

El tema de las refinerías es uno de ellos y más recientemente el del tren de la ruta maya a la que le han agregado estados y tiene planeados mil 500 kilómetros de recorrido.

Será un gran polo de desarrollo, generador de empleos y pondrá al sur en el mapa de inversionistas y de turistas.

Todo está muy bien, sin embargo sigue sin cuadrarnos el hecho de que este proyecto no se haya anunciado con dictámenes de todo tipo, análisis y consultas públicas, tal como lo están haciendo con el nuevo aeropuerto de la CDMX.

Y sorprende porque las inversiones son similares: 150 mil millones de pesos para el tren y 200 mil millones de pesos para el aeropuerto.

Para darle más sabor al asunto, los pobladores de Atenco regresaron a la escena pública para pedirle a AMLO que no se construya este nuevo aeropuerto, otra vez.

Será que una cosa son los negocios de los que salen y otra muy diferente los negocios de los que entran?

Acaso el tren maya no afectará zonas ambientales protegidas ni contaminará el aire? Porque ese trato tan diferenciado en inversiones similares? No hay congruencia.

Uno de lo proyectos está muy manoseado, al otro no tocarlo ni con el pétalo de una rosa.

Cual es el argumento? Esperemos a escucharlo, va a ser muy interesante.