El pasado jueves, miles de personas en Estados Unidos se sumaron al movimiento Día sin inmigrantes, que pretendía demostrar la importancia que este gran colectivo tiene para el país a través de una jornada nacional de protesta.
Pese al mensaje positivo y energético para denunciar las tendencias del gobierno del presidente Donald Trump, las consecuencias del movimiento están empezando a sentirse, pero no precisamente por el lado positivo.
La prensa de EU empezó ayer a reportar numerosos casos de despidos en empresas de todo tipo a lo largo y ancho del país a raíz de faltas laborales en el Día sin inmigrantes. En total, según la británica BBC, serían ya al menos un centenar los casos reportados en total, citando medios estadunidenses.
PAGAR EL PRECIO. Por ejemplo, la emisora CNN cita el caso de Jim Serowski, propietario de JVS Masonry, una empresa de plomería en Commerce City, Colorado. Serowski asegura que alertó a sus empleados que “si van a defender aquello en lo que creen, tendrán que estar dispuestos a pagar el precio”. Y cumplió, despidiendo a su encargado y a otros 30 albañiles.
Serowski insiste en que su decisión responde exclusivamente a motivos de negocios. “Se les advirtió: ‘Si hacen esto están afectando a la compañía, y si van contra el equipo entonces no son miembros del equipo’ ”. “Nadie me va a decir cómo dirigir mi empresa”, comentó el empresario en una entrevista telefónica el domingo.
Para justificar que su decisión no es política, Serowski argumenta que él ha apoyado durante años a los migrantes; explicó a CNN que conoce a algunos de los empleados que despidió desde hace veinte años, y que incluso en ocasiones les ha pagado cuando no tenía trabajo que ofrecerles.
Por su parte, el encargado despedido de JVS Masonry, citado sólo como Ray, explicó a una filial de CNN que trataron de convencer a su ya ex patrón de que apoyara la causa, argumentado que las familias de sus compañeros “tienen miedo de salir a la calle a comprar un cartón de leche por si los paran y los deportan”.
NO AVISARON. Otro caso que ha llamado la atención mediática es el del restaurante “I Don’t Care Bar and Grill”, en Catoosa, Oklahoma. Su propietario, Bill McNally, confirma que despidió a 12 cocineros que atendieron las protestas del pasado jueves sin avisarle.
“Estoy de su lado, pero tenemos reglas en el restaurante. Si vas a llegar tarde, llama. Si no vas a venir a trabajar, llama. Ese es el estilo estadunidense”, argumentó también a CNN.
