Los enfermos se quedan en medio de la grilla

Perogrullo afirma categórico: para sostener algo son mejor las pincitas que nada
Con la desaparición, por decreto, del Seguro Popular y la entrada en funciones del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), se ha generado un caos (agregado al de la escases de medicamentos), que repercute, como es usual, en los más desprotegidos.
El debate sobre la eliminación de uno y la implementación del otro sistema, no está determinado por cuestiones técnicas, de aplicación de políticas públicas, sino por intereses meramente electorales.
A la 4T, por dichos del propio presidente, le urge consolidarse en este 2020. Por el contrario, la oposición se aferra a los últimos reductos presupuestales que pueden ejercer con autonomía, ante la recentralización de buena parte de los servicios estatales.
En el diferendo no se otean actores que busquen conciliar el diferendo, sólo se aprecia la disipación o fracaso del oponente, según sea el caso.
Mientras se encuentra una salida (ojalá exista), muchos mexicanos están en riesgo de morir y/o sufrir dolor físico y emocional por sus padecimientos, lo cual es injustificable bajo el argumento de que antes estábamos peor o que con el INSABI podríamos estarlo.
Todo sería distinto, si los que deciden alguna vez no hubiesen tenido varo para el doctor.