Los partidos deben aliarse con la ciudadanía

La semana pasada, en este mismo espacio abordamos el tema de la perversión de la función de los partidos políticos en México, que han dejado de ser vehículos de representación de la sociedad para convertirse en meras franquicias al servicio del mejor postor.
Vale la pena establecer matices al respecto. Hay dirigentes de partidos que sí se respetan a sí mismos, a sus militantes y a los ciudadanos. Otros, los más, no son más que títeres de oscuros intereses, ajenos a los de la gente. En el actual proceso electoral municipal se están desenmascarando con suma facilidad y descaro.

Quiero reiterar y reforzar la idea que plantee hace una semana. Es urgente que los ciudadanos tomemos la decisión de impulsar los cambios que desde las estructuras tradicionales de poder se están deteniendo. No podemos permanecer pasivos, pues eso es lo que ha dañado severamente nuestra convivencia social y nuestra vida democrática.

Hay que devolver a la ciudadanía la administración de los distintos niveles de gobierno, pero en particular del municipal, que es el que nos resulta más cercano. Y sobre todo, hay que obligar a las burocracias partidistas, que se han vuelto verdaderas mafias en cuanto a sus usos y costumbres, a que permitan que la sociedad asuma el control de su destino en vez de simplemente resignarse a que otros decidan en su lugar.

La organización y toma de conciencia ciudadana no es una tarea fácil. Entre la lucha diaria por la supervivencia, resulta complicado dejar de atender lo esencial, como llevar el sustento al hogar, para ocuparse de librar batallas como la construcción de un nuevo orden democrático. Pero es necesario e imperativo hacerlo, no me cabe la menor duda.

También estoy convencido de que con propuestas armadas desde la sociedad, desde donde existe el conocimiento de los problemas que nos aquejan, es como vamos a poder encontrar las soluciones a los mismos. Proyectos ciudadanos que vayan más allá de las coyunturas momentáneas, que tengan visión de largo plazo. Que vean, en suma, por el beneficio de la gente y no sólo por el de grupúsculos que creen que las ciudades son feudos de su propiedad.

Por ahora, los partidos políticos son prácticamente la única vía para poder acceder a la toma de las decisiones fundamentales, pues ellos mismos han puesto diques a una efectiva participación ciudadana independiente. Así que los cambios hay que impulsarlos desde dentro de los institutos políticos para que se abran a la sociedad y dejen de ser eso en lo que se convirtieron: negocios de unos cuántos.

Desde la sociedad civil, tenemos que hacerle ver a los partidos políticos que nos han fallado, que ya no nos representan y que de continuar por el mismo camino, llegará un momento en el que prescindamos de ellos, pues han dejado de ser de utilidad para buscar el progreso y el bienestar social.

A su vez, los partidos políticos también pueden decidir hacer lo correcto y garantizar la democracia, interna y externa, adoptar las propuestas ciudadanas para generar los cambios que la sociedad necesita, y recuperar el sentido por el cual fueron creados.

De lo contrario, la ciudadanía les dará la espalda.

*Presidente de la Asociación Civil Nuestro Municipio

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