A mí me daría vergüenza. Podrá argumentar lo que deseé, pero lo que hizo el ahora ex titular de la Comisión del Agua de Veracruz en Coatzacoalcos, Rafael Abreu Ponce, al repartir apoyos a damnificados por el sismo con tintes partidistas bajo el lema “Yúnete”, es una flagrante canallada.
Y por si fuera poco, más indignante me resulta que en su “disculpa pública”, Abreu intente darse “baños de pureza” afirmando que continuará con su labor de ayudar a la gente necesitada, aunque por ello reciba críticas; palabras más, palabras menos.
A ver, señor Abreu, desconozco su trabajo previo en materia de brigadas de ayuda a damnificados; no sé cuánto se ha esforzado por juntar recursos “propios” para respaldar a gente en desgracia; pero sea cual sea su trayectoria en este rubro, lo mínimo que seguramente sabía es que no se deben repartir despensas y apoyos con temas electorales, en tiempos de tragedia. Es básico.
No insulte la inteligencia de cualquiera que le cuestione su acción, no insulte la de los veracruzanos. Nadie está criticando su acción de ayudar a los damnificados, sería una tontería hacerlo; la ofensa es que se haya atrevido a poner imágenes electorales a gente que sufre un terrible momento.
Su disculpa debió quedarse hasta aquello de que no se equivocó en el fondo, sino en la forma. Lo demás sobraba. Si como nos han hecho saber, no es la primera vez que apoya a la gente a través de una asociación, entonces usted sabía perfectamente lo que hacía. No nos quiera “vender espejitos”, no nos trate como ignorantes. Se acepta el error y punto.
Tan grande y mediática es la falla que el Gobernador tuvo que cesarlo como funcionario. Supongo que en algunos meses estará usted, Sr. Abreu, repartiendo despensas con motivos electorales, pero eso sí, en tiempo, forma, y bajo las circunstancias indicadas, pues ha probado a la opinión pública que sabe hacerlo bastante bien.
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