Manuel Huerta, defender a Hipólito es como decir que el “Monstruo de Ecatepec” tiene razón de matar mujeres porque su mamá lo trató mal de niño

Pobre de Manuel Huerta, su papel de “superdelegado” no tendrá que ver con vigilar que los recursos de la federación se apliquen de manera correcta en el estado de Veracruz. Después de las respuestas que ha dado a lo dicho por el sanador Ricardo Ahued, nos damos cuenta que Huerta será tapadera de los secretarios, alcaldes y hasta del propio gobernador. ¿Qué se puede esperar de una persona que vive su propia realidad? Huerta no entiende que fue Morena quien buscó a Ahued y no Ahued a Morena. Pero independientemente de ello, los resultados hablan por sí mismos. Ahued y Nahle tuvieron más votos como fórmula para el senado que Cuitláhuac para gobernador. Defender a Hipólito Rodríguez después de los desatinos (eufemismo para no decir pendejadas) que ha tenido es como decir que el “Monstruo de Ecatepec” tiene razón de matar mujeres porque su mamá lo trató mal de niño. Lo mejor que podría hacer Huerta es quedarse callado; el problema es que no puede, por su diarrea verbal que ya es crónica. Esperemos que a futuro ya inventen un Pepto Bismol para ese tipo de diarrea, porque sino Manuel Huerta a cada rato la va a andar… regando.

El testimonio de Patricia “N”, la mujer del monstruo: Violación, sadismo y canibalismo. Patricia las cocinaba con una salsa de la tienda de doña Lupita

Faltaba conocer la versión de Patricia “N”, la esposa de Juan Carlos “N”, el “Monstruo de Ecatepec. Si el testimonio de Juan Carlos lo dejo a usted horrorizado, no hay palabras para describir lo que ella ha declarado. Patricia dice haber conocido a su pareja en un bar donde ella trabajaba. Se fue con él y éste de inmediato le dijo que mataba gente para unos tipos de Tepito. Pero al poco tiempo Patricia se dio cuenta que Juan Carlos, con quien tuvo cuatro hijos, gustaba de asesinar mujeres. Sobre la primer víctima que le tocó contemplar Patricia dijo: “Juan Carlos le cortó un cacho de carne de la pierna derecha, fileteándola, sacando cuatro bisteces y yo hice carne asada y comimos de ahí mi esposo Juan Carlos y yo, metiendo el resto del cuerpo de ella en un bote de cartón y en la noche la fuimos a tirar a un terreno baldío de la calle Lázaro Cárdenas, sobre las vías, en un diablito”. El resto supera la imaginación del propio Stephen King. La siguiente víctima fue una joven que moneaba en la vecindad donde vivían. Juan Carlos la llamó, la asesinó y la fileteó: “Hice carne asada que acompañamos con una salsa que compré en la tienda de doña Lupita, también compré costales de azúcar o harina, y cuando regresé, los brazos ya los tenía cortados en dos partes, también le quitó las piernas… también le quitó la cabeza, dejando nada más el torso y la rabadilla”.

Sergio Mayer fomenta la piratería de libros digitales

En serio, ¿así va a estar todo el tiempo el diputado Sergio Mayer, de pendejada en pendejada? ¿Para eso quería ser el presidente de la Comisión de Cultura? Uno de los problemas más graves de la industria editorial, que afecta no sólo a los editores sino además a los escritores, es la piratería en internet. Hoy día es de lo más fácil descargar libros en formato PDF, pero el hecho de que se pueda hacer no quiere decir que sea legal. Pues el presidente de la Comisión de Cultura, quien debería fomentar la lectura y debería proteger a la industria editorial con leyes que combatan la piratería de libros en internet o impresos, se quiso ver muy culto “fomentando” según él la lectura, obsequiando en su cuenta de Twitter un montón de enlaces para descargar libros gratis. Pero resulta que esos libros tienen derecho de autor y uno de los derechos indica que esos libros no se pueden reproducir de manera digital sin la autorización del autor. A pesar de tanta pendejada por parte de este diputado, no va usted a escuchar ninguna reconvención de parte de Morena, el partido que lo hizo legislador. Y es que nos damos cuenta que Morena no quería la mayoría de las Cámaras para echar adelante las leyes de la Cuarta Transformación, sino para alcahuetearse los unos a los otros; ¿o no es así Manuel Huerta?

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