Estamos ya en la semana de inicio del mundial, y la selección mexicana llega envuelta en críticas por sus actuaciones tanto dentro como fuera de la cancha, razón por la cual las expectativas sobre su desempeño en los partidos no son nada alentadoras.
Es cierto que perdieron su último partido ante Dinamarca jugando el primer tiempo medio bien y el segundo tiempo muy mal, y también es cierto que casi nadie está de acuerdo con la manera en que el técnico Juan Carlos Osorio ha hecho sus rotaciones, ya que atenta contra cualquier intento de encontrar un estilo de juego definido, pero ¿realmente todo está perdido?.
Basándome en lo manifestado en las redes sociales, muchos mexicanos no creen que se vaya a hacer un buen papel en Rusia, e incluso afirman que contra Alemania el equipo tricolor será humillado, sin embargo, creo que mucho de estos juicios tan pesimistas son más por influencia de los medios de comunicación que por un análisis personal.
Por un lado, tenemos a los patrocinadores de la selección con sus mensajes positivos con el fin de incentivar el consumismo que envuelve al mundial, y por otro lado, está el periodismo deportivo que desgraciadamente en algunos casos, promueve la polémica, el fatalismo y el chisme, porque a su entender, siempre va a vender más eso que los análisis especializados, concretos y objetivos.
Hay muchas lecturas del técnico nacional, y eso nos confunde. Osorio es aquél que con solo 8 partidos perdidos de 48 que ha dirigido, tiene los mejores números en la historia de la selección, y también es aquél que ha perdido los partidos más importantes. Sin embargo, ¿Es todo culpa de él o también de la arrogancia de muchos jugadores? Una alineación buena o mala, depende en su totalidad del desempeño de quienes están en la cancha.
Después de perder su último partido ante Dinamarca, Osorio dijo a la prensa que en la estrategia hubo que considerar el descanso de varios jugadores, y suena lógico pues no se puede jugar como final de copa un partido amistoso cuando estas a una semana de jugar el mundial y tienes riesgo de agravar lesiones o desgastes musculares.
Además, siempre ha dicho que en este tipo de partidos, lo que menos le interesa es el resultado. Se pone a hablar de estrategias cual si fueran sumas de polinomios, que al final o te convencen o te confunden, haciéndote pensar si de verdad es ese genio incomprendido o un “chorero” de primer nivel.
Es innegable la locura de 47 alineaciones distintas, pero al menos hay 6 o 7 jugadores que han tenido mucha regularidad, así que no, no todo es tan misterioso como muchos afirman.
Y ya dejando de lado a nuestro “científico loco” del futbol, salvo Alemania, que si es un equipo considerablemente mejor que México, Suecia y Corea del sur son selecciones que no cuentan con muchos argumentos para poder sorprender a nuestra selección, ¡claro!, siempre y cuando la estrategia “mágica musical, ya vas que chutas” de Osorio logre al menos alinear a cada jugador en la posición que mejor potencie su talento y que esto a su vez genere un buen juego de conjunto. Con eso tendríamos para pasar a octavos, no necesitamos ni un Messi, ni irnos hincados a la basílica.
No todo es tan bonito como lo pintan los comerciales del refresco más vendido del mundo, pero tampoco tan funesto como muchos medios vendedores de morbo aseveran. Yo confío en unos jugadores con experiencia en estas instancias y ganas de callar bocas, en que la estrategia inexplicable de Osorio sea toda una revelación y porque no, en el canto del “Cielito lindo” en los estadios.
