México respalda al Presidente López Obrador, en la lucha contra los barones de la droga

Durante mucho tiempo los mexicanos mantuvimos la preocupación de que nuestro país, se fuera a “colombianizar”,atemorizados por la difusión de las atrocidades cometidas por el Cártel de Medellín, fundado por el narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria, cuyas acciones terroristas crecieron, sacrificando vidas e imponiendo el terror en contra de sus competidores, a quienes obligaba a trabajar para él, monopolizando el envío de cocaína hacia los Estados Unidos.

La biografía de Pablo Emilio, registra que su habilidad para los negocios y su vida delictiva, comenzó a una edad temprana, involucrándose en el contrabando en la década de los sesenta; 20 años después, llegó a controlar la producción y comercialización de las drogas, dentro y fuera de Colombia.

Para fundar el cártel de Medellín, Escobar Gaviria construyó las alianzas necesarias para la producción de cocaína, su consumo y exportación, creando un imperio criminal que lo colocó entre los hombres más ricos del mundo. Su error fue mezclar las actividades de narcotráfico con la política. Y su perdición, ocupar un escaño en el congreso nacional en 1982, en el que sólo permaneció un año, al no soportar las presiones de los inconformes con la intromisión del narco en el más alto nivel político de Colombia.

El dominio de los cárteles de la droga en Colombia, tuvo su consolidación en 1985 y enloquecido, Escobar Gaviria declaró la guerra al gobierno, ordenando la ejecución de actos terroristas, muertes sádicas y violentas contra sus enemigos, lo que desató la guerra total de los narcos contra el estado; el ejército de sicarios salió derrotado por las fuerzas militares y policiacas.

Hasta hoy los gobiernos que precedieron al de Andrés Manuel López Obrador, han actuado con responsabilidad y energía en una guerra contra el crimen, que hoy pretende enseñorearse en contra del gobierno de México.

Sin embargo el pueblo mexicano rechaza la “colombianización” de nuestro territorio y el sometimiento de las instituciones públicas al crimen organizado; y es por ello que el Presidente López Obrador, debe estar seguro de que las elecciones democráticas que lo llevaron al Palacio Nacional, fueron por el voto de más de 30 millones de electores, dispuestos a seguir al presidente, hasta donde sea necesario, para terminar con la criminalidad, la corrupción y la impunidad.