Montseñor Luis Felipe Gallardo Martín del Campo informó que deja el Obispado de la Diócesis de Veracruz en medio de una serie de dificultades que enfrenta la religión católica, por la pérdida de fe entre los creyentes y la falta de vocación para el sacerdocio, “los tiempos son difíciles”, refirió.
Aseveró que pese a estos obstáculos, la Diócesis de Veracruz ha crecido considerablemente.
“Yo quisiera decir que afortunadamente la Diócesis ha ido creciendo, todos nos damos cuenta que ahora no es tan abundante de número de candidatos al sacerdocio, las vocaciones escasean un poco, los tiempos son difíciles, los hijos en las familias son poquitos, verdad, y todo esto además del cambio cultural que trae siempre desorientaciones, que trae aspectos que motivan, que atraen, que distraen a los jóvenes, pues hace que se note esa baja de clero”.
Comentó que en la demarcación que le tocó dirigir sí se nota el interés que tienen los jóvenes por convertirse en sacerdotes.
“Tengo que decir que la Diócesis ha ido creciendo, ha crecido el número de sacerdotes, ha crecido el número de parroquias y esperamos que pueda seguir creciendo porque la Diócesis es demandante en ese sentido, crece también en necesidades”.
Gallardo Martín del Campo dijo lo anterior al ofrecer una rueda de prensa en la que confirmó que a partir de hoy, deja de ser Obispo de Veracruz -por autorización del Papa Francisco- y pasa a ser el Administrador Apostólico de la Diócesis, cargo en el que se desempeñará para encargarse de los preparativos correspondientes para la entrega-recepción de la institución religiosa.
Lo anterior se da luego de que el Papa Francisco nombrara a Monseñor Carlos Briseño Arch como nuevo Obispo de la Diócesis de Veracruz, en sustitución de Gallardo Martín del Campo. Este último había presentado su renuncia al cargo desde diciembre de 2016, toda vez que el Derecho Canónico de la iglesia católica indica que a los 75 años de edad los obispos pueden pasar a retiro.
El ex obispo comentó que no hay fecha para la llegada de su sustituto, ni de la ceremonia de despedida para él como jerarca católico saliente, pero comentó que deberá ser en un plazo no mayor a los dos meses.
