MORENA: HIJOS INFLUYENTES

Fue el expresidente José López Portillo, quien hace cuatro décadas inauguró el camino para que los hijos de los grandes gobernantes pudieran hacer carrera en la política. “El orgullo de mi nepotismo”, como calificó a su hijo José Ramón, fue la mejor muestra de ese legítimo pero inmoral afán.

La caprichosa decisión de beneficiar a los hijos con altos cargos en la administración pública, se ubica más allá de la ética y de los colores políticos. En México, no son pocos los casos que se han dado en los tres órdenes de gobierno.

Es una realidad que afecta a todos los partidos y MORENA está de moda. En determinados círculos del país se ha evidenciado el poder político que ejercen los hijos de Andrés Manuel López Obrador, como ya se vislumbra en Veracruz, de acuerdo con lo que se comenta en cenáculos morenistas.

Y es un tema que inquieta a una sociedad que ya se preocupa por la fuerte influencia de los poderosos vástagos del gobernador Yunes Linares en los asuntos del comité estatal del Partido Acción Nacional y en los de la administración pública estatal.

A la molestia generada por algunas de las intervenciones políticas de los hermanos Yunes Márquez, habrá que sumar la que causen los descendientes de López Obrador en su paso por los caminos del poder en Veracruz.

La prueba de que los hijos del peje fueron soltados a la arena política nacional, la estamos viendo con mayor amplitud este año. Gonzalo López Beltrán es el dirigente de Morena en Tlaxcala. En el estado de México, donde su candidata Delfina Gómez no pudo vencer al PRI y al triunfador Alfredo del Mazo, la coordinación estuvo a cargo de José Ramón López Beltrán.

Y más recientemente, en la Ciudad de México, donde las manitas de “Andy”, como le dicen en corto a Andrés Manuel de los mismos apellidos, dirigieron las encuestas y el dedo juguetón y flamígero de papá, para dar la nominación a Claudia Sheinbaum, desplazando a Ricardo Monreal, a quien casi todas las encuestas daban por vencedor.

Pero ese manoseo del vástago morenista, que benefició a Claudia, dejó muy sucio el camino por donde su progenitor tuvo que correr a Estados Unidos a “presentar uno de sus libros”, y así huir de las explicaciones. Por lo que se vio el pasado fin de semana, Andrés hijo encuestó el dedazo paterno en favor de la jefa delegacional en Tlalpan; encueró las ansias imperiales del peje; y más que otra cosa, acostó la vertical ambición de Monreal.

La misma triunfadora de las “mil y una encuestas”, olvidando su pedigrí de académica e investigadora de la UNAM, soltó un superficial discurso “agarrabobos”, acusando de misoginia a quienes señalaron que su designación como “coordinadora para elecciones” –vía la ya famosa encuesta–fue producto de una farsa demoscópica de tres días.

Se percibe que tanto la académica, quien será la candidata al gobierno de la Ciudad de México en 2018, como Andrés el “encuestólogo”, y como el propio Andrés Manuel López Obrador, no han percibido que los extraños sucesos de este mes en torno al partido MORENA y sus decisiones cupulares, pudieran estar disminuyendo las posibilidades de triunfo en la elección presidencial del año que viene.

Ante estas criticadas actuaciones y peculiaridades familiares, los veracruzanos tendrán que estar muy atentos respecto a la designación de funcionarios, a la administración de los recursos municipales y a las obras y acciones que realicen los alcaldes entrantes que provienen del partido MORENA, como es el caso de Xalapa, la capital del estado.

Lo que se ha visto de la dinastía lopezobradorista, hace pensar que existe una intención de heredar el poder a los cachorros de la regeneración nacional. Y lo preocupante es que crean que en Veracruz seguimos permitiendo todo. (José Antonio Flores Vargas- Palabras claras)