No esperes mucho de los que prometen tanto; confiar en Andrés Manuel, asegura una gran decepción

La comunicación corporal y el discurso de los políticos que aspiran a ganar la elección presidencial, es cada vez menos entendible y pareciera que le restan importancia a la imagen que deben proyectar para convencer al electorado.
Hay funcionarios de gobiernos priístas, panistas y perredistas, que renunciaron a los partidos que los cobijaron; sin el mínimo decoro y envueltos en el cinismo, se arrastran para quemar incienso al líder de Morena; todo eso para seguir viviendo del presupuesto público y asegurar su boleto del tren que los llevará a Los Pinos.
Los trapecistas de la política, descartan un descarrilamiento del tren que conduce López Obrador, aunque como ya sucedió hace 6 y 12 años, lo más seguro es que el tabasqueño descarrile y pierda por tercera vez la elección.
A la clase política pensante y preparada, que conoce la situación política y económica del país, no le convence el líder de Morena y menos los tránsfugas que lo rodean, cuyas ambiciones de poder y de dinero, son inocultables, por lo que el alza en las encuestas de AMLO, se sostiene con alfileres y en cualquier momento se cae.
La reacción de los empresarios y de los millonarios “rapaces” como los llamó el candidato de Morena, a quienes acusó de amasar fortunas, protegidos por la Mafia del Poder, podrían abandonar el país si llegara a ganar Andrés Manuel López Obrador, ocasionando una quiebra económica nacional, que aumentaría la pobreza entre los desposeídos que hoy visten la camiseta del Peje.
Sin acceso a los servicios de salud, sin posibilidades de contar con la canasta básica en todos los hogares y sin políticas públicas que permitan acceder a la educación y a un trabajo bien remunerado, la manipulación de los desclasados, se presta de maravilla para un líder demagogo, impreparado y oportunista, como resulta ser el candidato presidencial de Morena; por lo que la mejor decisión de los electores, será votar por quien asegure un mejor futuro para la nación, lejos de posturas demagógicas irrealizables.
El voto razonado al que convoca el Presidente Peña Nieto, se traduce en una invitación a votar sin rencores, con inteligencia y sensatez, en favor del candidato del PRI y la continuidad, acompañada de la tranquilidad y la paz pública, estarán aseguradas si el ganador resulta ser José Antonio Meade Kuribreña.