No, no se ve ninguna diferencia

Unos porque habrían pactado con la delincuencia, otros porque no. La única realidad es que los veracruzanos no vemos ninguna diferencia.
La violencia y la inseguridad se siguen enseñoreando en el Estado. Veracruz está bañado en sangre, aunque suene fuerte.
Basta leer la prensa de toda la geografía veracruzana –digital o impresa– para comprobar el reguero de cadáveres por do quier.
Alarma e inquieta, porque no hay ninguna duda de que el Gobierno está siendo rebasado por la delincuencia.
Preocupa más porque, en efecto, vemos semana a semana las reuniones del Grupo de Coordinación Veracruz (de seguridad), pero la situación persiste.
Ahora, incluso, con mucho ruido mediático porque ha venido por fin la Gendarmería, pero de nada ha servido.
No se puede dejar de reconocer los esfuerzos oficiales que se hacen y la atención que se le pone al problema, pero pueden más los malosos.
En Xalapa veo que los gendarmes andan revisando bares y talleres mecánicos en lugar de ir a atender los puntos calientes de la entidad.
Se dice que es que grupos delincuenciales organizados se disputan el territorio y se están combatiendo entre ellos. En parte puede ser cierto.
Pero las notas nos informan también de ganaderos, de empresarios, de profesionistas secuestrados y luego asesinados no obstante que se pagan rescates.
El reciente crimen masivo que arrojó los cuerpos en una colonia del puerto de Veracruz fue de escándalo.
Lo que sucedió entre la noche del sábado y la madrugada del domingo en Coxquihui, poblado de la Sierra del Totonacapan, llega ya a extremos insólitos.
Un grupo armado cercó el pueblo, asesinó a varias personas (la mayoría policías) e impuso el terror y un verdadero toque de queda.
El remate fue la quema del Palacio Municipal. Ya no le envidiamos nada, en materia de inseguridad y violencia, a Guerrero o a Sinaloa.
El propio Fiscal del Estado ha proclamado que Veracruz está convertido en el mayor cementerio clandestino del mundo.
Pero igual de alarmante es el hecho de que haya sido descubierto por un colectivo civil y no por las autoridades.
A la gravedad de la situación se sumó ayer el asesinato de un compañero periodista en Yanga, cercano a Córdoba, el primer caído de la prensa en el presente gobierno.
Pensábamos que en este bienio la prensa iba a estar a salvo de cualquier ataque; que no íbamos a vivir la pesadilla del sexenio anterior. Estábamos equivocados.
A Ricardo Monluí Cabrera lo conocí desde jovencito cuando reporteábamos juntos en giras de trabajo por todo el Estado.
Su comportamiento era bueno y sólo se dedicaba a su trabajo. Era un hombre positivo y solidario.
Me duele que haya acabado así. Su muerte me consternó. Veníamos desde jóvenes en el oficio periodístico. Vivimos muchas experiencias juntos.
Fue una víctima más de la descomposición social que vive México, que vive Veracruz; de la desprotección de la sociedad por parte de sus gobiernos.
La terrible noticia impactó de inmediato y la ola de protesta a través de las redes sociales no se hizo esperar.
Como periodista se siente uno impotente al saberse en riesgo y que el Gobierno del Estado no pueda frenar violencia e inseguridad, escribí ayer en mi cuenta de Twitter.
También dije que Veracruz sigue siendo el Estado más peligroso para los periodistas y que el asesinato de Ricardo Monluí lo confirma. ¿Quiénes y cuántos seguimos?
En este caso particular, exijo que se ponga el mayor esfuerzo para esclarecer el caso, se de con los responsables y se les castigue.
En el sexenio pasado, en el caso de periodistas asesinados o desaparecidos, lo que predominó fue la impunidad.
En la campaña electoral pasada se nos ofreció a los veracruzanos que la inseguridad se abatiría, que viviríamos un cambio. Estamos a la espera.
Hoy con dolor lamentamos la pérdida de uno de los nuestros, periodista pero además veracruzano, ciudadano a quien el Estado debió haber protegido, velado por su seguridad, como por todos los ciudadanos que han sido víctimas mortales.

Se actuará con firmeza, dice Yunes
Al menos no se le intentó criminalizar, como se hizo en el pasado inmediato para tratar de justificar la ineficacia del gobierno para brindar seguridad a los periodistas.
En conferencia de prensa, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ofreció que en el caso se actuará con firmeza y energía para tratar de dar con los culpables.
Dijo que era motivo de indignación y de pesar el asesinato y que no se justificaba un crimen de su magnitud.
Expresó que lamentaba lo sucedido y rechazó la violencia contra los periodistas.
El gobierno deberá actuar con prontitud y eficacia. Creo que este es su primer gran reto mediático, pues ahora los medios le pedirán dar resultados en las investigaciones, cumplir lo que criticó a los anteriores que no cumplían.
La aprobación para reestructurar la deuda pública no ha resuelto todavía nada. Tenemos y vivimos crisis financiera y de inseguridad, con esta última a la alza.
Ya se ve, la delincuencia no distingue colores ni siglas. Ahora incluso ya con la Gendarmería en el Estado pasa esto.
Veracruz se jodió, duele decirlo. La esperanza que todos guardamos de que vendrían tiempos mejores para los veracruzanos, se está quedando sólo en eso: en una esperanza.
Y pensar que en medio de este ambiente de violencia e inseguridad se darán las campañas electorales. Preparémonos para todo.
A ver si el gobierno de Enrique Peña Nieto hace algo más por ayudar a Veracruz y a los veracruzanos. Si no puede, sólo nos quedará encomendarnos a Dios.

Flavino, hospitalizado
La versión que corrió desde la mañana de ayer, de que el exgobernador Flavino Ríos Alvarado había sido hospitalizado, lo confirmó por la tarde la Secretaría de Seguridad Pública mediante un boletín de prensa.
Según el documento, presentó hipertensión arterial que se atribuyó a un preinfarto que tuvo hace tres años.
Al político de Minatitlán se le desea que no se complique su estado de salud y que se reponga. Situación legal aparte, el mundo de amigos que tiene ha estado pendiente de él.

Académico distingue a Veracruz
El joven doctor Manlio Fabio Casarín León, en su calidad de miembro del Consejo Científico organizador de las X Jornadas de Derecho Administrativo Iberoamericano, participará presentando una ponencia en el evento que tendrá lugar del 3 al 7 de abril próximo en la Universidad de A Coruña, en España.
El académico representará también a la Universidad Veracruzana, de la cual es catedrático de Derecho Administrativo, pues la UV es una de las entidades organizadoras.
Con esa participación se dará una nota positiva de Veracruz, cuya imagen está muy dañada a nivel nacional e internacional por la violencia e inseguridad que está viviendo.

Montano no se arredra
No obstante todos los pronósticos adversos que tiene sobre todo por el peso negativo que carga hoy su partido, Alejandro Montano Guzmán fue proclamado candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Xalapa el sábado pasado.
Ese día, en corto, allegados a su equipo me confirmaron que están conscientes que arrancan en tercer lugar en la preferencia electoral, pero, me dijeron, trabajarán sin descanso para tratar de remontar la desventaja y me pidieron no descartar ninguna sorpresa.
No se ve nada fácil su empresa, pero se le desea éxito. En política no hay imposibles.
Pese a todo lo que está pasando, lectores, feliz inicio de primavera este lunes.