¿Obtener óvulos o espermatozoides a partir de un pelo?

Louise fue concebida en un laboratorio, pero para ello fueron necesarias las células sexuales de sus progenitores: un espermatozoide del padre y un óvulo de la madre. Ahora, casi cuarenta años después, está más cerca el día en el que no sea necesario disponer de este tipo de células para llevar a cabo una fecundación in vitro.

Recientes investigaciones con ratones han demostrado que se pueden obtener gametos, es decir, espermatozoides u óvulos, a partir de otro tipo de células del propio organismo, como células de la piel. El proceso consiste en convertir esas células en células pluripotenciales. O sea, revertirlas a un estado en el que, como si fueran células madre embrionarias, pueden convertirse en cualquier tipo de célula, por ejemplo, gametos. Estos gametos se pueden emplear después para una fecundación in vitro.

La técnica recibe el nombre de gametogénesis in vitro y, aunque aún solo se ha utilizado en ratones, cabe esperar que llegará el día en que sea posible emplearla en seres humanos. Esta posibilidad abre una serie de interrogantes éticos que han propiciado la publicación de un artículo en la revista Science Translational Medicine que alerta sobre ellos.

El texto, firmado por tres investigadores de las universidades de Harvard y Brown, señala, por ejemplo, que la gametogénesis in vitro facilitaría mucho la producción de embriones y sería posible una producción masiva de ellos, e incluso hablan de “granjas de embriones”.

Actualmente ya existe un problema con los embriones sobrantes de las fecundaciones in vitro. Los padres pueden elegir guardarlos para futuros usos, donarlos a otras parejas, donarlos para investigación (aunque, debido a impedimentos éticos y legales, no suele haber proyectos que los requieran) o destruirlos. Sin embargo, la realidad es que en muchos casos los centros de reproducción asistida se encuentran con multitud de embriones almacenados con los que no saben qué hacer, y la gametogénesis in vitro acrecentaría este problema.

Los autores alertan del riesgo de que se pudiera utilizar sin autorización material biológico tan fácil de conseguir como puede ser el pelo o la piel para generar embriones humanos

En el artículo se advierte también de la posibilidad de que el uso de esta técnica pueda desembocar en la creación de seres humanos “a medida”, con las implicaciones éticas que eso tendría.

Además, los autores alertan del riesgo de que se pudiera utilizar sin autorización material biológico tan fácil de conseguir como puede ser el pelo o la piel para generar embriones humanos.

Sin embargo, el artículo también resalta las evidentes ventajas que tendría la nueva técnica. Entre otros, que supondría una solución para graves problemas de infertilidad, facilitaría la eliminación de defectos genéticos en los gametos y evitaría los problemas que genera actualmente la hiperestimulación ovárica a la que deben someterse las mujeres para que se les extraigan los óvulos.

Es probable que aún pase algún tiempo hasta que la gametogenesis in vitro aplicada a los seres humanos sea una realidad, pero mientras llega ese momento, conviene hacerse todas estas preguntas. También surgieron multitud de dilemas éticos y legales con el nacimiento de Louise Brown que, en mayor o menor medida, han sido resueltos, y que pueden servir como aprendizaje a la hora de afrontar nuevos avances como este.