Pediatra reciclaba jeringas y contagió de VIH a 900 niños

Al menos 900 niños han resultado afectados con un brote de VIH en Ratodero, una ciudad muy poblada de Pakistán. Según Gulbahar Shaikh, un periodista local que reveló la noticia de la epidemia a los residentes de su ciudad y al país, la enfermedad se propagó por la negligencia de un pediatra que atendía a casi todos los niños con jeringas usadas e infectadas con el virus.

En abril de 2019, Shaikh documentó el brote. Días después, autoridades pakistaníes llegaron a Ratodero a investigar lo que estaba pasando. Entonces, se dieron cuenta que los niños infectados habían visitado al mismo pediatra, Muzzafar Ghanghro, quien atendía a las familias más pobres de la ciudad.

Shaikh expresó que al darse cuenta de ese hecho, sintió pánico, pues ese pediatra también atendía a sus hijos. De inmediato le realizó las pruebas a su familia y se encontró con que su hija de dos años había contraído el virus. “Fue devastador”, manifestó.

En Ratodero, una ciudad con 200,000 habitantes cuyos residentes se encuentran entre los más pobres de Pakistán, Ghanghro era la opción más barata, pues les cobraba veinte centavos por consulta a los muchos padres que ahí ganan menos de 60 dólares al mes.

Imtiaz Jalbani, un obrero, contó que se sintió alarmado cuando vio que Ghanghro buscó en la basura una jeringa para inyectar a Ali, su hijo de seis años, quien también está infectado con el virus. Cuando Jalbani se quejó, señaló, Ghanghro le respondió molesto que lo dejara de molestar porque él no podría pagarle por una jeringa nueva. “Si no quieres mi tratamiento ve con otro médico”, le dijo.

Ghanghro fue arrestado y acusado por la Policía de negligencia, homicidio involuntario y provocar daños no intencionados. Sin embargo, aún no lo han sentenciado. En una entrevista, Ghanghro insistió en que es inocente y que jamás ha reutilizado jeringas.

Desde que se detectó el brote, alrededor de 1,100 ciudadanos han dado positivo en pruebas para detectar el virus. Incluyendo los 900 niños. Por ello, los funcionarios de Salud de Pakistán consideran que sea poco probable que Ghanghro sea la única causa de la aparición de la epidemia, ya que los visitadores sanitarios observaron muchos casos de médicos que reutilizan jeringas y agujas intravenosas. Los barberos usan la misma navaja para afeitar a varios clientes, comentaron, y los dentistas rurales atienden a los pacientes en las aceras con utensilios que no están esterilizados.

Este tipo de prácticas poco higiénicas son la causa principal de las tasas en aumento de infecciones de VIH en Pakistán. Aún más en poblaciones tan pobres como Ratodero, donde los residentes tienen que batallar para que les alcance el dinero.

De 2010 a 2018, el número de personas seropositivas en Pakistán casi se duplicó, hasta alcanzar la cifra aproximada de 160,000, según cálculos de ONUSIDA, el equipo de trabajo de las Naciones Unidas que se especializa en el VIH y el sida.

Para frenar la expansión del virus, las autoridades pakistaníes comenzaron a cerrar las clínicas de médicos no calificados y los bancos de sangre ilegales en mayo de este año, muchos de los cuales estaban reciclando jeringas. Sin embargo, meses después recibieron reportes de que las clínicas volvieron a abrir.

“Hasta que no detengan a estos médicos, barberos y dentistas poco profesionales, el número de incidentes de infecciones de VIH seguirá aumentando”, dijo Imran Akbar Arbani, un médico local, que le informó a Shaikh y a las autoridades gubernamentales sobre el brote.