Perfilan priistas a Narro

A la memoria de Eduardo Aguilar Chiu.
Político, católico congruente y comprometido. Amigo.

Si bien la toma de la decisión parece aún lejana, y poco adecuado el entorno existente para avanzar en tal sentido, no son escasos los esfuerzos que de manera cotidiana realizan liderazgos priistas con miras a definir desde ya, con claridad, perfil y propuesta de una nueva dirigencia nacional que, a partir de agosto, asuma el control del partido y, con seriedad, la propuesta de reestructuración-refundación aprobada tras los desastrosos resultados obtenidos por el tricolor en julio pasado.

Convencidos de que el interinato encabezado por Claudia Ruiz Massieu no avanzará “más de lo estrictamente necesario…” y de que el casi absoluto control de la estructura –“con los riesgos que ello supone…”– está en manos del hidalguense Miguel Ángel Osorio y afines que desde Insurgentes Norte coordina Jorge Márquez, quienes piensan que el Revolucionario Institucional “aún tiene futuro y que el principio de su eventual repunte podría darse en las intermedias del 2021…”, trabajan en definir un programa (de acción) que permita reasumir principios y propuestas abandonados y, más importante, prácticas que mantenían al PRI cerca de la sociedad.

A la vista lo anterior es que distintos liderazgos tradicionales del tricolor han comenzado a evaluar –“más lejos de los reflectores que cerca de ellos”, ciertamente– a personajes con militancia, experiencia gubernamental y/o partidista y, fundamentalmente, reconocimiento social que pudieran aceptar sumarse al proyecto de cambio ya aprobado –aunque aún ignorado– y que, a la vista el desempeño del actual gobierno, estén en disposición de aprovechar los “repetidos dislates y puntadas…” éste en apoyo al relanzamiento del tricolor.

Luego de no pocas semanas de auscultación y análisis, por lo pronto, no pocos de los más representativos liderazgos partidistas han coincidido en la necesidad de acercarse y convencer, literal, al exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y extitular de Salud durante el pasado gobierno, el doctor José Narro Robles, de aceptar ser postulado a la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional, ante lo cual, aseguran los que saben, aquel se habría manifestado dispuesto a meditar el asunto y a la brevedad ofrecer una respuesta.

Huelga decir que, en caso de aceptar, el excolaborador del presidente Enrique Peña Nieto deberá enfrentar, en el marco de una elección que se presume deberá implicar a toda la militancia, a personajes polémicos del priismo como la yucateca Ivonne Ortega o, por ejemplo, al ahora rebelde oaxaqueño Ulises Ruiz.

ASTERISCOS

* ¡Vaya estúpida decisión!, seamos claros, la de la cuestionada titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, de nombrar subdirector y coordinador de comunicación e información estratégica a David Alexir Ledesma, ¡cuyo mayor mérito para ocupar el cargo es haber escrito discursos a Dolores Padierna!

* Prácticamente imposible que legisladores de oposición apoyen la nominación presidencial de Loretta Ortiz a la Suprema Corte, luego de que su esposo Agustín Ortiz Pinchetti fue designado fiscal electoral, pues ¡ni modo que el matrimonio sea juez y parte en procesos por delitos electorales! Muchas cosas se han visto en la 4T, pero esto no puede ser bien visto ni por los más lopezobradoristas y, menos, por la oposición a la que necesitan para juntar los 2/3 de votos que requieren para designar ministro…

* El tabasqueño Jesús Eugenio Ramos Rodríguez, conductor del informativo Nuestra Región Hoy, se convirtió en el tercer periodista sacrificado en lo que va de 2019 y cuarto durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador. Vaya, con nuestro reclamo de justicia, nuestra solidaridad y apoyo a familiares, amigos y colaboradores.

Veámonos el miércoles, con otro asunto
De Naturaleza Política.

(De naturaleza política / ENRIQUE ARANDA / Excélsior)