Políticos rapaces e ineficaces a quienes por sus hechos los conoceréis.

Hace seis años, aproximadamente, el plan de marketing político construido por el canal de las estrellas y el CEN del PRI, iba funcionando con grandes expectativas para entusiasmar a los electores mexicanos, que hasta hoy no pierden la esperanza de que un hombre inteligente, talentoso, fuerte y preparado, seguido de una bella mujer, inteligente y con sensibilidad para entender la problemática social de los marginados, que viven del asistencialismo oficial y están clasificados entre los sectores de la más alta segregación y pobreza extrema; encabece una revolución que imponga un sistema de justicia distributiva que acabe con las desigualdades y elimine la brecha entre los que todo lo tienen y aquellos que carecen de lo esencial para sobrevivir.

La artista Angélica Rivera “la gaviota”, fue elegida en un reality show de Televisa a los Pinos; debido a que el factor televisivo aseguraba un gran número de votos al candidato y éste augurio, se cumplió el primer domingo de julio de 2012, cuando resultó triunfador el licenciado Enrique Peña Nieto, con grandes expectativas de transformar a México en un país moderno, que con las reformas estructurales planteadas por el Presidente Peña, acarrearían (antes de concluir su periodo), una etapa de bonanza que con el reparto equitativo de la riqueza pública, terminaría con la pobreza y borraría de plano al gran número de desempleados, que por años estuvieron acostumbrados a ser parte del pueblo pobre y a mirar desde lejos al gobierno rico, que negociaba el otorgamiento de contratos a cambio de diezmos, veintiesmos y treintiesmos; o la entrega de regalos cuantiosos, como ranchos, edificios o mansiones a cambio de favores.

El Presidente Benito Juárez, reconocido como Benemérito de las Américas, recomendaba a sus colaboradores y amigos “vivir con honestidad, en la medianía del salario justo y sin apropiarse de los recursos públicos”. Y Abraham Lincoln, repetía en sus discursos “podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos”.

Esas recomendaciones, cumplidas al pie de la letra, han hecho que un selecto número de políticos en el mundo, sean reconocidos por su honestidad, por el escrupuloso manejo del gasto público y por su puntual rendición de cuentas, que no se aplica en la generalidad de los políticos mexicanos, quienes son hábiles para encontrar mecanismos de supervisión y control del gasto público; pero más listos aún, para evitar ser sancionados por enriquecimiento ilícito y por desvío de recursos públicos. El General Porfirio Díaz, severamente juzgado por sus críticos y detractores, jamás alguien se atrevió a llamarle “tirano” según lo reconoció el presidente que ocasionó su derrumbe y su salida del país, don Francisco Ignacio Madero. Y Ricardo Flores Magón se atrevía a decir que el presidente Porfirio Díaz era la araña que tejía la tela del engaño y la injusticia; y que las arañas menores solamente imitaban al general.

De lo que en ocasiones el General Porfirio Díaz se enorgullecía y en otras se avergonzaba; pero nunca se arrepentía; era de su dureza al frente del gobierno de México, pues se le acusó de haber llegado a la crueldad y don Porfirio se justificó alguna vez, con el argumento de haber dispuesto lo que fuera necesario para garantizar la paz, la vida y el progreso.

A tres meses de terminar el quinto año de calendario del gobierno del licenciado Enrique Peña Nieto y faltando once meses del próximo año 2018, para que entregue el gobierno a su sucesor; el derrumbe de las expectativas de un gobierno “fallido”, en el que muchos mexicanos expresan sus dudas de que la transición el día primero de diciembre de 2018, se pueda dar con la tranquilidad y paz pública con las que Peña Nieto llegó al Congreso de la Union a rendir la protesta constitucional de su cargo.

La Inseguridad, Delincuencia, Corrupción e Impunidad, no han sido evitadas como lo está exigiendo el pueblo desde el año 2013, tal como se comprometió en campaña el Presidente Peña; la ineficacia del gabinete y el abandono de sus funciones presidenciales de Peña Nieto, han complicado la solución de los conflictos generados por la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa; del regalo de la Casa Blanca; de los negocios a la vista, con empresarios y amigos; la ineficacia de los gobernadores del PRI, envueltos en la lujuria, la pereza, la gula, la ira, la envidia, la avaricia y la soberbia; es decir gobernadores que contrariando a la iglesia católica, incurren todos los días en actos de gobierno traducidos en los siete pecados capitales, empujando a millones de mexicanos a la frustración e incredulidad de los políticos y del gobierno; por lo que el primer domingo de julio de 2018, con el voto libre y secreto, los electores nos darán una gran sorpresa.