PRENSA “INCÓMODA”: ¿RESPETO O EXCLUSIÓN?

“¡A ver… tú te bajas… aquí no te subes”, dijo a gritos la directora de Prensa de la Coordinación General de Comunicación Social, Rosamaría Ahuja al reportero Raúl Rodríguez de “La gazeta”, de David Varona.
El colega que apenas había subido dos peldaños del autobús, vergonzosamente fue bajado de la unidad ante la mirada atónita de los demás.
“La gazeta”, más que combativa o crítica, le arrimaba el caballo con mucha frecuencia a Dante Delgado Rannauro, por viejas rencillas entre el entonces Gobernador y el director del impreso que se editaba en las faldas del cerro Macuiltépetl. Pero como fuere, en un marco de respeto a la libertad de expresión, el rotativo tenía derecho a disentir. O como solía decir una polémica vocera estatal, en referencia a un medio del Puerto de Veracruz: “esos tienen libertad hasta de decir pendejadas”.
“Podré no estar de acuerdo con tus ideas, pero lucharé hasta el cansancio por tu derecho a expresarlas”, diría la máxima volteriana.
La intolerancia nunca es buena, venga de donde venga. Podemos pensar diferente, pero el respeto mutuo es lo que a final de cuentas debe prevalecer, sobre todo en una democracia madura como la que ahora presumimos los mexicanos.
Viene esto a cuento, porque este lunes en la conferencia de prensa del titular de la SSP, Hugo Gutiérrez, restringieron el acceso a algunos comunicadores.
Ya el mismo secretario de Seguridad Pública aclaró que no hubo ninguna discriminación a periodistas incómodos y que sólo se trató –según él- de una confusión; es decir, que no era precisamente una conferencia de prensa abierta a todos los tundeteclas, sino que era una charla cuasi colectiva de unos cuantos comunicadores que con antelación habían solicitado la entrevista.
Como dirían los abogados, concedemos el beneficio de la duda a Hugo Gutiérrez, pero para la próxima sería menester evitar este tipo de malos entendidos o desaguisados. Y si la charla es más en “petit comité”, pues que no sean tan bruscos para desinvitar a los colegas que de todo se enteran y olfatean la noticia en donde se encuentre. Porque luego hay los “quedabién” que creen que maltratando o excluyendo bruscamente a los “no aliados”, le hacen un bien al jefe. Y muchas veces los jefes ni se enteran de lo que hacen los de abajo.
Nos consta, y no es “chocholeo” que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez ha sido respetuoso de la libertad de expresión. Tal vez se moleste un poco con las preguntas incómodas, pero jamás se atrevería a censurar o atentar contra la integridad física de los representantes de los medios de comunicación. Y su vocero, Iván Luna, tampoco es un maloso que ande pensando en cómo fregar a quienes nos dedicamos a esta noble chamba.
Por cierto, no creemos que Dante Delgado haya ordenado maltratar o excluir al periodista de La gazeta. Lo que pasó es que Rosamaría Ahuja salió más papista que el Papa. O con eso de que cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde.

PERSISTE EL COBRO
DE “DERECHO DE PISO”

Sabemos que Hugo Gutiérrez y sus muchachos hacen su mejor esfuerzo pero qué pueden hacer cuándo por miedo o desconfianza hacia los policías, los ciudadanos no denuncian los delitos.
El pasado domingo saludamos a un amigo que para salir de la crisis económica puso un pequeño restaurante en esta capital pero que finalmente lo tuvo que cerrar ante las amenazas de cobro por “derecho de piso”.
“Me pedían 10 mil pesos mensuales esos malandros”, nos dijo.
“En estos tiempos poner un local comercial es muy riesgoso, enseguida te caen los malosos, pero podrías vender comida para llevar anunciándote en Facebook”, le sugerimos.
“Ya lo intenté pero no funcionó… a los de las motos que llevan la comida los asaltan en las colonias o les roban la moto”.
Ni hablar, la situación está más complicada de lo que pensábamos. Don Hugo y sus muchachos hacen un gran esfuerzo, pero parece que están remando contra corriente. La inseguridad y la violencia es un problema que dejaron crecer anteriores gobiernos y tardarán mucho tiempo en enderezar la nave.