PRESIDENCIABLES SIN PROPUESTA EN SALUD Y ALIMENTACIÓN

La temperatura ambiente en la sociedad mexicana, ha subido en los últimos veinte años, transcurridos desde el gobierno del doctor Ernesto Zedillo Ponce de León; y los subsecuentes, presididos por el licenciado Vicente Fox Quezada; el doctor Felipe de Jesus Calderón Hinojosa y el actual, licenciado Enrique Peña Nieto. Lo malo es que las políticas públicas para el desarrollo social y combate a la pobreza, han fracasado, transformándose en el combustible que calienta los ánimos de los marginados sociales.
De los marginados sociales destacan en mayor número, los “desempleados”, los “rechazados universitarios”, “los enfermos”, “las víctimas de explotación infantil”, “las víctimas de explotación sexual”, y millones de personas que registran los parámetros del CONEVAL, fuera de la protección que otorga la Seguridad Social y sin oportunidades para desarrollar sus capacidades o su personalidad; los límites de la seguridad social, resultan mínimos al considerar aquellos que se establecen por un vínculo laboral, de ocupación o empleo temporal.
Hay que tener presente que el INEGI reporta, al igual que el CONEVAL, a un cincuenta por ciento de mexicanos viviendo en la pobreza extrema, quienes sufren de Inseguridad Alimentaria. Por eso las consecuencias en el área psicológica que reflejan quienes viven en la miseria, se traducen en el padecimiento constante y casi permanente, de enfermedades como la ansiedad, depresión, inseguridad, baja autoestima, y una disminución en la salud mental, que facilita a su vez, el desarrollo de otras enfermedades como la diabetes, hipertensión arterial y problemas cardiovasculares.
Hasta hoy, ninguno de los aspirantes a las candidaturas presidenciales, como abanderados de los principales partidos políticos, ha planteado alguna fórmula o proyecto político para el combate a la pobreza y el rescate de los marginados sociales en general. Y esa actitud de los que quieren llegar a los Pinos, sin comprometerse con el pueblo y sin desgastar su imagen pública, ignorando los problemas sociales, solo proyecta, que de no haber un cambio radical, después del presidente Enrique Peña Nieto, tendremos en México una figura presidencial identificada como “más de lo mismo”. Sin esperanza alguna para la reivindicación social de los marginados; y por el contrario, un incremento pavoroso de las fuerzas del mal, constituidas por los carteles de la droga y del crimen organizado, que se han apoderado de México.
El Banco Mundial define a la extrema pobreza como el estado que guardan las personas, que no cuentan con el dinero suficiente para satisfacer sus necesidades alimentarias, su salud, acceso a la educación, ropa y habitación, que cubran esas elementales necesidades. Se identifica también a quienes viven en la pobreza, porque no cuentan con alimentación suficiente durante todo un año; pues comen una vez al día y en ocasiones dejan de comer varios días a la semana con disminución de sus defensas y un estado crítico de contagio de todo tipo de enfermedades.
Las políticas económicas internacionales que emanan de la Organización Mundial de la Salud y del Banco Mundial, permanecen en la más completa indiferencia de la hambruna mundial, cuanto y más de la que afecta a los mexicanos.