Proceso Civilizatorio de Transición Democrática y Reconciliación Nacional

A propósito de la Única Esperanza Verdadera para México
Desvelar la decadencia de la “clase política” como el factor determinante de la crisis social y política que vive el Estado Mexicano, no condiciona la posible emergencia de un posible Proceso Civilizatorio de Transición Democrática y Reconciliación Nacional, aunque éste si entraña la condición de que asuma la total responsabilidad de esa crisis la clase política, sin excepciones, porque no hay justificaciones validas, somos historias y nuestra historia nos define, el transfuguismo fue y ha sido la puerta de salvamento y de moralización de muchos miembros de esa clase política, uno de ellos Andrés Manuel López Obrador, entre otros muchos más, más ahora, cuando se colapsa el grupo del poder dominante, así que todos por pasivos o activos somos responsables de esa crisis del Estado Mexicano y la cancelación de la certeza de futuro de nuestras futuras generaciones.
Además, resulta ineludible el reconocimiento de facto del estado de emergencia que vive nuestra Nación, y la urgencia de sentarse a hablar en un plano de igualdad y sinceridad para sentar las condiciones políticas, legales, reformistas, éticas, y epistémicas que determine el nuevo marco conceptual y los procesos civilizatorias pertinentes que encamine al Estado Mexicano a su regeneración.
Un nuevo Marco Conceptual y Procesos Civilizatorios condiciones sine qua non para que el estado de derecho no se ponga entre dicho y funcione, comenzando con la total transparencia del proceso electoral que se avecina, además es necesaria una hoja de ruta que garantice el cumplimiento de dicho proceso civilizatorio de transición democrática y reconciliación nacional e impida que se detenga el diálogo por la transformación de México, y continué operando el puro poder excluyente.
Dicha convocatoria va dirigida al gobierno federal, gobiernos estatales y municipales, partidos políticos, sociedad civil, iniciativa privada, intelectuales, universitarios, académicos, jóvenes, mujeres, indígenas, sociedades religiosas, etc. En suma, es el momento en que nos corresponsabilicemos de nuestros espacios públicos y de nuestras instituciones públicas, y de construir un México donde los mexicanos tengas justicia social, seguridad y felicidad.
En respuesta a una pregunta que me hace un amigo, producto de la lectura que hizo de la Carta que le dirigí al Sr. Obrador (1), que parece que obliga a preguntarnos ¿quién o qué nos va a salvar?, porque parecería que nadie y nada, le respondo desde la carta misma, leyéndola de forma contraria: seré optimista de lo que resulte de la contienda electoral venidera:
Si los actores políticos demuestran plena consciencia de lo real del México que vivimos, de la situación in extremis que vive nuestro país.
Si la clase política demuestra miras de altura que le permita ver que lo que está en juego es la sobrevivencia de los mexicanos.
Si lo que esté en disputa no sea el erario público.
Si en el centro del debate público esté El Bienestar del Ciudadano y su Familia, y recuperar la Certeza de Futuro de las nuevas generaciones, y Cicatrizar las heridas profundas y no el poder por el poder.
Si se toman en cuenta que estamos ante el duelo de miles de desaparecidos, el rescate de la marginación de miles de pobres cada día en aumento, la recuperación de la certeza de futuro perdida de nuestros jóvenes y niños, la exigencia de castigo a los que han hecho de la cultura de la corrupción que lo poco que se haya tenido haya parado en los bolsos de unos cuantos.
Si hay un sincero arrepintiendo de la oligarquía que se ha aprovechado de esa crisis para continuar protegiendo su pequeño mundo de privilegios a expensa del dolor y la marginación de millones de mexicanos.
Si el Sr. Obrador, dado que las encuestas y el sentir ciudadano le dan la preferencia, o quien resulte ganador limpiamente, se comprometa a convocar inmediatamente a una Mesa ciudadana de la Gobernabilidad con los demás para reconstruir al Estado mexicano y comenzar un proceso sincero de RECONCILIACIÓN NACIONAL Y REGENERACIÓN DEL PODER, propiciando una Nueva Cultura Política que termine porque Convoque inmediatamente a Un Nuevo Constituyente.
Quizás estás letras pasen desapercibidas por la vorágine esquizofrénica de la lucha encarnizada por el poder que vivimos, que nubla la razón y lo sentimientos, y no nos deja ver la pobreza de nuestra sociabilidad e instituciones, y más aún, de nuestra clase política.
Quizás mi paranoia me haga escribir esto y exageré la realidad pública, y el proceso de transición democrática, que, a fuerza y aún con la resistencia de muchos, presenciemos, sea lo que realmente necesita México.
Quizás el cuero de nuestros hombres y mujeres pueden resistir más tortura, abusos y vejaciones.
Quizás todavía el agente revolucionario althusseriano somnoliento se resiste a surgir para cambiar de tajo lo que estás pasando.
Quizás el loco del pueblo puede ser inmortal y pueda educar y preparar a las nuevas generaciones para lo que necesita México, y rehabilitar a las mareas tránsfugas que se le han colado (y espero que sea por inocencia y no como una pinche estrategia electoral para asegurar el triunfo) por montones y que ahora son más obradoristas que él mismo.
Quizás lo Nuevo sea más viejo de lo que esperamos, y que nuestro ser sea estar rajados por siempre muy cercano a lo decía Octavio Paz.
Quizás sentar al diván a la sociedad mexicana tenga que posponerse a un tiempo posterior, aunque veamos que es de locos lo que está pasando, y que agregar la clínica y la misma psicología política como herramientas para eso Nuevo que esperamos sea un alucín de un servidor, así como pensar que la gran política pospuesta implica una historia lineal que se alimenta de la acumulación de experiencias enriquecedoras, y no cíclica que termina con la sustitución del hombre del poder en turno.
(1) https://www.versiones.com.mx/carta-urgente-al-sr-andres-manuel-lopez-obrador/