Qué pena que ni los esfuerzos de Enrique Peña Nieto, ni de las Fuerzas Armadas y la Marina; ni de los Voluntarios de la sociedad civil, hayan servido para consolidar la Unidad Nacional y la Credibilidad en el Gobierno.

La falta de credibilidad en el gobierno, aumenta cada día con toda la información que los medios electrónicos, redes sociales y medios impresos, transmiten todo el tiempo, para dar cuenta de los latrocinios que cometen los altos funcionarios de los tres ordenes de gobierno; así como de la corrupción en la que participan los sectores social y privado; a tal grado que aquellos que viven en pobreza extrema, nunca podrán ascender a clasemedieros; y mucho menos, a ricos de la élite que preside en nuestro país el empresario Carlos Slim Helú, quien más que genio de las finanzas, ha resultado ser un beneficiario de las ofertas gubernamentales de cada sexenio.

Por lo que hace a las organizaciones sociales; a los partidos políticos; a los organismos empresariales y patronales; a los sindicatos corporativos y a los dueños del monopolio deportivo, quienes le ponen precio a las estrellas del futbol y de los principales eventos de competencia, que mueven a la afición, acorralándola con sus propios medios de difusión, para explotar el empobrecido bolsillo de los aficionados. Ahora resulta, que cualquier inversionista se asocia con políticos en la banca y con la compra de un equipo deportivo devaluado, resurgen de la noche a la mañana como multimillonarios dueños de marcas deportivas, de cartas de deportistas y de monopolios comerciales de difusión para los torneos de sus propios equipos.

Y el descrédito en los procesos electorales, se acrecienta con los resultados como la elección de gobernador del Edomex, donde resultó favorecido con el triunfo del candidato del PRI licenciado Alfredo del Mazo Maza, a quien se le acusó desde la precandidatura, de corrupción, enriquecimiento ilícito y de ser un político impreparado que no podrá exterminar el Cancer social que invade a todo México, representado por la Delincuencia, la Corrupción y la Impunidad. Los costos de la campaña de Del Mazo, incluyendo el compromiso de pago denominado en campaña salario rosa, para que las mujeres desempleadas reciban un ingreso, sin devengarlo en alguna tarea del gobierno.

Y como si fuera una tabla de salvación, los temblores ocurridos en México en el lapso de los últimos quince días; más los daños ocasionados por los huracanes cuyas aguas han arrastrado viviendas y poblaciones completas que ahora el Gobierno (en sus tres ordenes) Federación, Estados y Municipios, tendrán que subsidiar para que los afectados regresen a sus casas y reinicien las actividades agropecuarias, artesanales o los subempleos domésticos o de ayudantes o chalanes, que no perciben ni el salario mínimo; todo ello será bien aprovechado por los políticos en funciones, que tendrán que cerrar cuentas y terminarán registrando pagos y gastos que nunca se hicieron, pero servirán para cubrir los faltantes que se embolsaron.

La credibilidad es básica para fortalecer vínculos entre la sociedad y el estado, pues cuando la sociedad pierde credibilidad en el gobierno, deja de cumplir las obligaciones que le corresponden por mandato de la ley y a su vez, cuando la población deja de cumplir sus obligaciones frente al Estado, el Estado deja de percibir las contribuciones de los gobernados, para su propio sostenimiento y para mantener su estructura y funcionamiento de todos los servicios públicos, sin los cuales se puede caer en un “Estado Fallido”, que para muchos mexicanos resulta ser el rumbo que los políticos le están imponiendo al gobierno de México.

Ahora con motivo del terremoto que por coincidencia ha caído el 19 de septiembre, como el de 1985, los mexicanos que desde la provincia y el extranjero le damos seguimiento a lo acontecido, no podemos creer en las cifras de damnificados; en el número de muertos y desaparecidos; en el número de personas heridas; ni en los censos de viviendas y edificios dañados, porque una vez más el gobierno ha vuelto a mentir, utilizando a todos los medios de comunicación a su alcance, dramatizando un rescate fingido a una menor y cinco niños, quienes resultaron fantasmas y hasta el nombre de Frida Sofía, resultó falso por confesión expresa del Subsecretario de Marina, quien hablando a nombre del gobierno, dejó en claro que ni la niña, ni el nombre, ni los otros cinco niños fueron verídicos; sino que Televisa a través de algún reportero, inventó toda esa trama para ocuparla después como argumento de telenovela o para sacarle algún provecho al raiting que ha caído tan bajo en el emporio televisivo que alguna vez fue el más importante de Latinoamérica, orgullosamente fundado por don Emilio “el tigre” Azcárraga Milmo.

Qué pena que los empresarios del grupo Televisa, le hayan perdido amor a su camiseta y quizá a eso se deba también, la liquidación de casi cuatro mil artistas y empleados de Televisa, quienes también le han perdido la credibilidad y la confianza a sus patrones encabezados por don Emilio,Azcárraga Jean.