Recesión a la vista

Peor que mal repartir es que no haya que repartir

La parálisis de la economía mexicana es un fenómeno, que con la inseguridad, pueden ser los clavos del ataúd de la 4T, claro está, si la administración del presidente López Obrador no toma las medidas de contingencia necesarias, sino para resolver, al menos para atenuar.

Sin embargo, el camino hacia la solución comienza por reconocer el problema y ahí es donde la marrana torció el rabo, el Tlatoani es rehén de su terquedad y soberbia.

Si vivimos en un economía de mercado (hasta ahora no han dicho que pretendan convertirla en algo parecido al autoconsumo), lo primero que debe existir para dinamizarla es el consumo, de lo contrario, habrá bronca.

Si el tabasqueño sigue con su confusión de que no importa el crecimiento sino la distribución del ingreso, seguiremos mal. Entendemos que hay factores externos que no están en control del gobierno, pero acá se puede organizar un plan emergente.

Todos saben que la inversión privada es la principal generadora de empleos, pero ante un panorama incierto nadie invierte. La solución no es regalar dinero, se necesita que haya trabajo para impulsar el mercado interno, de no ser así, la recaudación fiscal caerá y no habrá lana para más becas, esperemos que alguien se lo haga entender.