Registro Civil: voz de profeta

Se las cuento como me la contaron. La plática la tuvimos en octubre, casi a finales del mes, acababan de tener a su chaval y por equis o ye, tuvieron que acudir al Registro Civil que se ubica cerca de la Central de Abasto… ¡ya me acordé! No había papelería en el Hospital y por eso fue que se trasladaron a la oficina central.
Sólo para recordar… no tenía mucho que le dieron aire a Álvaro Palmeros Rosado como titular del Registro Civil de Córdoba, porque se pasó de lanza con una ciudadana a la que no quiso atender, y por eso es que hubo esa plática por el chasco que se llevaron con una funcionaria.
Con “chilpayata” en brazos, se quejaron con una señora porque en el Hospital Civil, Luis F. Nachón, el módulo del Registro Civil no tenía actas “y se supone que debe haberlas”… la respuesta de la funcionaria fue que no había actas ¡por la cantidad de documentos que se están “regalando”! casi-casi les dijo que el Registro Civil “les hacía el favor” con sus “escuincles” (el sustantivo es de quien lo escribe) porque si pagaran, cada documento estaría saliendo en 250 pesos cada uno, el que se entrega a los padres, y el que queda como “certificado”.
Con dicho argumento ¡Hasta regañados salieron los padres! En ese momento, no acertaban o recordaban el nombre de la funcionaria preocupada porque a los ciudadanos les “regalan” las actas de sus hijos recién nacidos… ¡cuando debieran de pagarlas para que haya en los hospitales!
Total, la plática quedó en el anecdotario… en el tintero… ¿Pues qué creen? que me encuentro a la misma pareja ya con la “chilpayata” más grande y que me preguntan si recordaba a la señora que se quejó de la gratuidad de las actas… ante mi respuesta afirmativa que me dicen: “¡Pues qué crees! con el aumento a los requisitos para registrar chilpayates, ya sacaron los 250 pesos que pedía tal funcionaria”.
¿Aumento de requisitos?
Hasta donde me quedé, los requisitos para el asentamiento o registro de un recién nacido son: certificado o constancia de alumbramiento del bebé; acta de nacimiento, acta de matrimonio (en caso de ser casados) e identificación oficial por parte de los padres; así como dos testigos mayores de edad que presenten identificación oficial.
Ahora, me dicen mis amigos, ya les piden Curp a los padres, que eso no es problema para quien agarra una computadora, baja tal cédula y la imprime; el asunto se complica, de acuerdo a lo que me dicen, cuando les solicitan a los padres copia certificada de Acta de Nacimiento no superior a tres meses. Ya no les aceptan el acta que allí tiene uno guardada por los siglos de los siglos. Recuerden que antes se aceptaba presentar acta sin importar la fecha de expedición ni las condiciones de la misma siempre y cuando fuera legible.
Chequen: para sacar la certificada, se tiene que erogar 125 pesos que en pareja salen 250 pesos, claro, siempre y cuando los padres quieran figurar en el acta.
Como sea, la funcionaria que en octubre se cruzó con estos noveles padres, tuvo voz de profeta… ¡ah! y por fin se acordaron del nombre de la susodicha: Monserrat Ortega Ruiz… ¿la esposa de Pepe Mancha, el dirigente del PAN?
Bueno, los señores padres no conocen a la señora, sólo me dieron ese nombre y pues yo tampoco la conozco…
En fin, trato de entender la nueva mecánica para registrar un niño, y entiendo que al final, se busca darle seguridad a los infantes, aunque es mucha mala coincidencia las cuentas que les hacía esa funcionaria con el costo que ahora implica cubrir los requisitos como padre ante el Registro Civil…
Por cierto, hablando del Registro Civil, les cuento otro cuento… allá por septiembre, muchos directores y no sé si ediles, estaban negociando con líderes sindicales la oportunidad de colar a uno que otro de sus incondicionales con una “placita” o “base” aun a sabiendas de que el alcalde Américo Zúñiga había sido muy claro al respecto: cero basificados.
Pues bien, todo parece indicar que estos vivales ¡ya encontraron el modo de basificarlos! ¿Cómo? acomodándolos en el Registro Civil, donde la plantilla de empleados parece renovarse cada día. Entienden que cada quien trata de asegurar su trabajo pero la molestia se da porque hay muchas personas en esas oficinas que realmente se han fletado y servido en dicha área y las están enviando a ejecución fiscal, turismo municipal, comercio.
“¿No nos cree?”, me dicen. “Dése una vuelta y es seguro que se encuentre a algunos líderes sindicales haciendo circo, maroma y teatro a la limón con Recursos Humanos…”
Y eso que aún no termina la administración…

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