Rescatando al soldado Donald

No podía faltar la versión neoliberal del internacionalismo proletario
Hace algunas semanas, el presidente López Obrador comentó que estaba en sus planes realizar dos viajes que considera necesarios: a Estados Unidos y a China.
Desde luego los Estados Unidos son la relación binacional más importante de México. Incluso, la tradición señala que es la primera visita obligada de los mandatarios electos mexicanos, de ese tamaño es la relación geográfica, diplomática, comercial, estratégica, histórica, etc.
Así pues, que el tabasqueño vaya a estrenarse como presidente fuera de México a los Estados Unidos (como lo anunció el propio Trump), no es nada extraño, digamos que lo extraño de la decisión está en los tiempos, ya que el vecino país está en pleno proceso electoral para la presidencia…o en realidad, ese puede ser el meollo del asunto.
Antes del COVID19, la reelección de Donald Trump parecía un asunto de trámite. No obstante, su gestión de la pandemia ha sido desastrosa y aún los sectores más conservadores le han retirado su apoyo, además, su decisión de sacar al Ejército, para combatir las protestas callejeras por el asesinato de George Floyd, también le ha salido muy cara.
A finales de junio, algunas encuestas dan al demócrata Joe Biden hasta 15 puntos de ventaja, por lo tanto, la decisión de López Obrador entraña un riesgo importante porque lo acusarán de tomar partido, pero ya sabemos: para los amigos justicia y gracia.