Resistencia al cambio

Por: Paco Contreras.

Es de muchos sabido que la resistencia al cambio tiene que ver con la negación que realizamos las personas para la transformación de aquellas áreas de nuestra vida, los especialistas de la psicología han estudiado ampliamente estas posturas de resistencia que evitan los cambios en las personas, especialmente cuando se trata de hábitos y rutinas. Un elemento que cotidianamente observo es la resistencia a las acciones afirmativas a favor de generar igualdad entre mujeres y hombres.
La resistencia es una respuesta que se da de forma inmediata y natural puesto que representa mantener la posición que guardan las cosas, para el caso de las acciones afirmativas para la igualdad, muchos de los elementos de resistencia responden a las posiciones privilegiadas, lo cual es resultado de toda la historia de socialización en la que las personas hemos sido formados que se van estructurando desde las diferencias entre hombres y mujeres, dichas diferencias que inician en lo corporal y que han naturalizando las desigualdades en las vivencias cotidianas.
A lo largo de mi experiencia en el desarrollo de procesos reflexivos, he encontrado en algunas áreas mayores resistencias a la incorporación de transformaciones que se necesitan para favorecer la construcción de una Cultura de Paz e Igualdad, es el caso de aquellas acciones afirmativas en las que los hombres y algunas mujeres señalan la existencia de un tipo de discriminación en contra de los hombres, el párrafo 1 del artículo 4 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) hace mención a que estas acciones buscan acelerar la igualdad por lo que no se considerarán como discriminación, de igual manera se menciona que las medidas implementadas cesarán una cuando se hayan alcanzado los objetivos de igualdad de oportunidad y de trato.
Actualmente nos encontramos en una transformación social que nos coloca en la necesidad de ajustarnos a los cambios sociales que la misma población está impulsando, ya vemos los ejemplos que nos llegan de tierras del sur del continente con la participación de las mujeres en Argentina en cuanto al tema del aborto, de frente a ello se observa resistencias que se enmarcan a valores religiosos y morales, caso similar, lo que ha sucedido en nuestro estado donde el congreso local debe reformar el artículo 149, 150 y 154 del código penal relativos al aborto, antes de finalizar el segundo periodo ordinario de sesiones el 30 de julio, las respuestas de resistencia no se han hecho esperar puesto desde lo sucedido en Argentina, los grupos conservadores se han manifestado descalificando los avances en materia de Derechos Humanos.
En mi campo de acción comúnmente me encuentro comentarios que se hacen en relación a los contenidos de los procesos de capacitación y reflexión en el tema de las masculinidades, muchos de estos reflejan la resistencia a generar cambios que permitan a las mujeres acceder a una vida sin violencia y que favorezca su desarrollo en igualdad de circunstancias a la población masculina, principalmente responsabilizando a las mujeres de la educación machista, idea que replica el estereotipo y rol tradicional de que las mujeres son las encargadas de educar y formar a las hijas e hijos, dejando a un lado y justificando la ausencia masculina en esta área de desarrollo de la población infantil además de alejar la posibilidad de que como personas adultas seamos capaces de tomar decisiones basadas en la reflexión crítica de lo aprendido a lo largo de la vida.
Un elemento fundamental para el desarrollo de las transformaciones sociales en materia de igualdad, implica que las personas reflexionemos y hagamos transformaciones en los aspectos más cotidianos, el ejemplo más claro es el humor, día a día convivimos con muestras de humor cargadas de sexismo y violencia, que además defendemos desde los argumentos culturales y de identidad nacionalista o regional, como es el caso del lenguaje veracruzano, sin embargo, comprobado está que de esta manera hemos naturalizado las formas violentas, sexistas y discriminatorias que utilizamos para divertirnos, replantear esto implica que como sociedad consideremos necesaria la transformación de las formas tradicionales de interacción con la finalidad de generar cambios culturales que nos lleven a ser una sociedad que respete las diferencias erradicando todas la formas de Violencia.
Las opciones para generar procesos reflexivos, son diversas, una alternativa son los grupos de mujeres y hombres que se reúnen para reflexionar sobre los aprendizajes de género, me refiero propiamente a los Grupos de Reeducación para mujeres y hombres, que ofrece la secretaría de Salud de Veracruz. Para el caso de Xalapa pueden acercarse al Centro de Salud Gastón Melo, Ubicado en Diego Leño No 2 BIS, Colonia Centro de la Ciudad Capital o llamar a los teléfonos 6 88 4182 o escribir a los correos electrónicos grupos.vfamiliar@gmail.com.