SIMULACIÓN 2018

@samuelferrerm
En los últimos días dentro de los medios de comunicación analistas, personajes políticos y miembros de la sociedad civil, han criticado constantemente la forma en que el PRI ha elegido a su candidato a la presidencia. Si bien es cierto que la manera de hacerlo nos remonta a las más antiguas prácticas del sistema político mexicano, también es cierto que las otras opciones políticamente viables tampoco presentan comportamientos “democráticos” diferentes. Es decir, tanto AMLO y Ricardo Anaya recurrieron a la práctica del legendario dedazo para asegurar un lugar en la boleta presidencial. El primero es dueño único de su partido y el segundo corrió a todos sus posibles contrincantes internos para el 2018.
Si las cosas no cambian dramáticamente estaremos enfrentando un panorama político donde los tres candidatos con más posibilidades de alcanzar la silla presidencial obtuvieron esa posibilidad mediante los “usos y costumbres” del sistema político mexicano. Esta situación no es menor, al contario, representa la más profunda de las tragedias para el pueblo. Cómo es posible que en pleno proceso de renovación política a nivel mundial las únicas opciones verdaderas para alcanzar el poder en México provengan de la interpretación a modo de la ley, del acuerdo cupular, de las encuestas fantasma o del beneficio económico.
Lo anterior hace fundamental la intervención ciudadana y la intervención de la base popular en los acuerdos de los partidos. El peor error social seria no involucrarnos con los candidatos desde el inicio de este proceso. Es fundamental revisar sus trayectorias, sus conocimientos, sus comportamientos y también su entorno y las personas que los acompañan en cada uno de sus proyectos. Más aun, para aquellos que pertenecemos a algún partido u organización política tenemos la mayor responsabilidad por hacer valer lo escrito en nuestras leyes o nuestros estatutos.
Esto no debe quedar únicamente en el discurso. Si AMLO ha decidido que el método de selección será una encuesta popular, los militantes y simpatizantes de MORENA deben preguntar y exigir una respuesta congruente sobre quién hará la encuesta, cuáles serán sus parámetros, cuanta gente participara, qué método estadístico se utilizara. Para mi partido, el Revolucionario Institucional la tarea no es menor. Nuestro método de selección de candidato es por medio de la convención de delegados. Sin embargo, pocos conocemos a esos delegados, pocos sabemos que tan informados están dichos delegados para tomar una decisión vital para la vida política de nuestro partido, poco sabemos de ellos. En una correlación fundamental, es urgente que los partidos se abran pero aún más importante que la base social se acerque e involucre.
El objetivo debe ser evitar la simulación, construir una ciudadanía positivamente activa, evitar el chairismo, el show mediático, la distracción barata que diluye la verdadera participación social. Es momento de empezar a hacer las preguntas incomodas a nuestro gobierno y nuestros dirigentes, antes que nos llenen la cabeza de propaganda.