Un equipo llamado matrimonio

El amor es la fuerza motriz de cualquier pareja, es la principal causa de una de las decisiones más importante en la vida de todo ser humano, con quién voy a vivir el resto de mi vida? Quién será la persona con la que voy a compartir mis anhelos, mis ilusiones, mis días, mis triunfos y fracasos? con quién voy a formar una familia y perdurar hasta la muerte? Recuerdo el día de mi boda, el pastor Ricardo Aquino Alfaro, nos decía, que las parejas cuando se unen, lo hacen con una carga llena de emotividad, que cuando se les recuerda que es hasta que la muerte los separe, en el enamoramiento algunos piensan de manera poética: no podría ser aún hasta la eternidad, y ya después de un tiempo de casados dicen: no me la dejan en menos, je, je.
En el matrimonio, pasa algo más extraordinario que sólo formar una pareja y cohabitar juntos, un matrimonio se vuelve como un equipo preparado para cualquier situación, teniendo como aliciente el amor verdadero, genuino e incondicional de tu pareja. Se apoyan uno al otro, se impulsan a ser mejores personas, se alientan cuando no salen bien las cosas y se consuelan ante la adversidad. En la película mexicana de “Cilantro y Perejil” protagonizada por Arcelia Ramírez y Demián Bichir, ella comenta que en el matrimonio te vuelves como un equipo para todo, te ayudas, te sientes obligado a apoyar a tu pareja en público aun cuando esté en un error; como dice el autor Julio Cortazar, las cadenas del matrimonio son pesadas, por eso deben cargarse entre dos.
Pero, para que el matrimonio sea el mejor equipo debe haber otro integrante más, el más importante, que nunca debe faltar: es Dios, el autor del matrimonio, instituido desde la fundación del mundo, en la creación del hombre, narrado en el Génesis. Y su participación está declarada como una promesa en el libro de Eclesiastés capítulo 4 versículo 12: “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. Cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente” se refiere al marido, su mujer y Dios.
yo he tenido la bendición de tener a mi lado a una gran mujer, que amo con todo el corazón, que me ha inspirado para querer ser mejor todos los días, que me llama a la cordura, que me alienta y ha sido paciente durante ésta aventura llamada matrimonio, con dos regalos hermosos que Romina y Romel. Gracias Xóchitl, por estos primeros 18 años juntos.