Un gobierno de coheteros

Nada más falta que haya ‘curvas de aprendizaje’ recursivas

Lo ocurrido durante la noche del Grito en el palacio de gobierno de Xalapa, es una broma macabra del destino: tenemos el gobernador más votado de la historia y, sin embargo, su administración es incapaz, siquiera, de armar una verbena.

Que la pirotecnia se haya salido de control no es responsabilidad directa de Cuitláhuac García, pero sí de los titulares de Protección Civil y Acción Social, que tenían la obligación de supervisar los trabajos del proveedor contratado.

Pero aparte de los lesionados y de un hombre que murió infartado, muy probablemente por el pánico suscitado, lo más grave del caso es que no haya quien asuma la responsabilidad política del accidente ¿Cuántos muertos requería don Cui para actuar?

En cualquier país con un regular funcionamiento de la democracia, un hecho como el del pasado domingo, hubiera implicado la renuncia de los responsables directos, pero aquí no pasa nada, los que sufrieron quemaduras que se jodan, sólo son una estadística.

El asunto no es menor, no se trata de un evento aislado, los errores son recurrentes y en todos los ámbitos, por ello, aquí en el solar, la 4T ni se acuerda de la revocación de mandato.