Una cueva de ladrones

Vaya día el que se vivió este jueves en el Congreso del Estado de Veracruz, donde se exhibió claramente la opacidad, discrecionalidad y muy posible ilegalidad en el manejo de los recursos que manejan los diputados locales.
Luego de negar durante el periodo de campañas que el Movimiento de Regeneración Nacional recibiera recursos para tareas legislativas en el Congreso de Veracruz que no fueran sus dietas, el coordinador de la bancada de ese partido en la LXIV Legislatura del Estado, Amado Cruz Malpica, aceptó que mensualmente su fracción parlamentaria recibe un millón 200 mil pesos, cuyo destino debería ser la celebración de foros, gestiones y otro tipo de actividades relacionadas con su labor.
Hay que recordar que la defenestrada diputada local por Coatzacoalcos II, Eva Cadena Sandoval, afirmó que los recursos de esa partida de apoyo legislativo se desviaban para apoyar las campañas proselitistas de Morena en Veracruz, y que en ese contexto fue grabada recibiendo dinero en los famosos videos difundidos por El Universal.
Dinero que tanto el coordinador de los diputados locales de Morena, Amado Cruz, como los líderes reales de ese partido en Veracruz, los diputados federales Rocío Nahle y Cuitláhuac García, negaron siquiera recibir de parte del Congreso estatal. El primero ya aceptó que sí les dan ese recurso, aunque todavía niega que lo desvíen a la política electoral. Ni modo que lo acepte.
Pero Morena no es el único partido que realiza manejos oscuros del dinero que recibe en el Congreso veracruzano. Este mismo jueves, fue difundido un audio en el que se escucha a la diputada local plurinominal del PAN, Cinthya Lobato Calderón, recriminar de manera más que airada al coordinador de su bancada y presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura, Sergio Hernández Hernández, usar los recursos legislativos para su beneficio, el de la dirigencia de su partido y hasta para fiestas y drogas.
“Porque sí hay dinero para el Velódromo, para tus casas de enlace. Sí hay dinero para lo que te da la gana y para tus fiestas. Sí hay dinero para que le lleves a Pepe Mancha, para eso sí hay dinero. Lo que no hay dinero es para el autismo, para el foro que se está haciendo aquí, para eso no hay dinero. Para el acuerdo que se hace con la UV, para eso no hay dinero. Para todas las cosas del Congreso, para eso no hay dinero”, gritaba la legisladora.
Y continuó: “¿transparencia? ¿Poniendo a tu amigo ‘Chico’, un tratante de mujeres para estar llevando a tus fiestas, borracheras y drogas? ¿Eso, eso es? No me digas Sergio”, se escucha decir a Cinthya Lobato, quien también desconoció a Sergio Hernández como coordinador de la bancada panista, mientras éste le respondía en tono burlón “uno contra 18”, en alusión al resto de los legisladores panistas.
Los señalamientos de Cinthya Lobato son de suma gravedad. Acusa al presidente del máximo órgano de gobierno del Congreso de Veracruz de desviar recursos para entregarlos al dirigente estatal del PAN, José Mancha, así como para su promoción política personal, aludiendo a su informe de labores celebrado en el Velódromo de Xalapa hace unos meses; y peor aún, señala al secretario de Servicios Administrativos y Financieros del Congreso, Carlos “Chico” Fuentes Urrutia, de traficar con mujeres y narcóticos, con recursos del Poder Legislativo de Veracruz.
En entregas anteriores de la Rúbrica se denunciaron múltiples irregularidades en la asignación de salarios al personal del Congreso de Veracruz, algunos brutalmente desproporcionados. La respuesta de los diputados locales fue el silencio, “dejar morir solo” el tema.
Este nuevo escándalo obliga a una revisión exhaustiva por parte de los órganos de fiscalización y hasta de las autoridades ministeriales, de los manejos discrecionales, turbios y muy probablemente ilegales de los recursos de que dispone el Poder Legislativo en Veracruz, que de ser la “casa del pueblo”, lo han convertido en una auténtica cueva de ladrones.
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