Veracruz, entre pleitos y fosas clandestinas

El Gobernador Miguel Ángel Yunes daba por hecho que el Congreso le autorizaría reestructurar la deuda de Veracruz. Nada más alejado de la realidad. Lo que ocurrió en la Legislatura no lo esperaba “ni Obama”. Fue la versión tropical del “cambio de último minuto” en los Oscares.

Todo lo que ocurre en Veracruz se traduce hacia la política. Cuando ya habían puesto a enfriar, con cierta anticipación, la champaña para celebrar la más importante aprobación financiera requerida por Yunes al Congreso, llegó una paloma mensajera directa del altiplano, y así, como le ocurrió a los productores de “La la land” en los Premios de La Academia, se cayó la diversión.

Lo escribo claro y recto. Me informan fuentes dignas de todo crédito, mismas que suelen brindarme datos que he compartido en esta columna, (ninguna de ellas veracruzana, por cierto), que la negativa de la fracción priísta para aprobar la reestructura fue una orden “de arriba”, comunicada dos horas antes de la votación.

Se me comenta que en “el círculo rojo”, algunas acciones del Gobernador Miguel Yunes son vistas como excesivas, innecesarias, o bien, “platicables”, sin que esto signifique caer, de ninguna manera, en la tolerancia sobre los que deben rendir cuentas por pillos.

En el caso de los diputados de Morena, la instrucción ya estaba dada semanas antes, desde la primera visita de López Obrador a Veracruz; no votarían a favor de la reestructura por dos razones: primera, no quedaba claro en qué se iba a ocupar el dinero; segunda, el tabasqueño traía pleito con el Gobernador.

Visiblemente molesto, Miguel Ángel Yunes, en mensaje a medios de comunicación, reclamó a los diputados del PRI, Verde y Morena, responder a intereses de otros. No debieron votar en contra, “así se los ordenara López Obrador”, dijo.

Lo cierto es que Veracruz está entrampado en un fuerte conflicto político, acrecentado aún más por la inminente renovación de las 212 alcaldías. Tricolores y morenos sostienen que parte de la reestructura la utilizaría el PAN para operar las elecciones, verdad o no, la duda flota.

En Veracruz nadie confía ni en su sombra. En el Congreso todos son igualmente malos y similarmente peores.

Y así, mientras en la triste Legislatura se pelean por la reestructura, ya hay 253 restos humanos hallados en 125 fosas clandestinas, a tan sólo 15 minutos del centro de la ciudad de Veracruz. Estamos fritos. A dónde vamos a parar.

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