No sabemos la fecha exacta de cuándo los integrantes de la caravana de migrantes centroamericanos lleguen a Veracruz, aunque será otro escalón complejo en su camino hacia los Estados Unidos.
No solo porque al cruzar por el sur del estado encontrarán la devastación de las lluvias de los últimos días, sino porque nuestra entidad ha sido un foco rojo para todo aquel que intenta cruzar la frontera.
En múltiples ocasiones el padre Alejandro Solalinde ha denunciado los abusos, las atrocidades, de las cuales son víctimas quienes intentan abordar la llamada Bestia en Veracruz, por mutilaciones en sus cuerpos, por asaltos, por violaciones a las mujeres, porque ahora son también carne de cañón del crimen organizado.
Se trata de un problema añejo al que no le han podido poner un alto y que hoy se presenta como un reto para quien será el próximo gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez.
No podemos dejar de lado que Veracruz es también uno de los principales estados expulsores de migrantes, que en municipios de su zona centro como Atzalan, Landero y Coss, Las Vigas, o Altotonga, por mencionar algunos, hay congregaciones donde prácticamente solo hay mujeres, adultos mayores y niños porque aquí no encontraron oportunidades para trabajar, para tener una vida digna de manera honesta.
La economía veracruzana depende también en una parte de las remesas que mandan los migrantes, por lo que a quién se nombre como responsable de esta área, debe conocer a la perfección las dos caras de la moneda.
Veracruz, en estos temas, ha sido ejemplo nacional e internacional, con la gran labor que, desde la sociedad civil, realizan Las Patronas, apoyando a los migrantes a su paso por nuestra tierra, pero también lo ha sido por los abusos y vejaciones que desde aquí se cometen.
Que el paso de esta caravana sea un llamado de atención para nuestras autoridades, para nosotros como sociedad, de trabajar y vivir en empatía. A final de cuentas el de los migrantes es un viacrucis que no termina.
@YamiriRodriguez
