Pasaron cinco días para que el Instituto Nacional Electoral dijera “esta boca es mía” en relación con los comicios del domingo pasado y las múltiples quejas y señalamientos de irregularidades en los estados de México y Coahuila.
El presidente del órgano electoral, Lorenzo Córdova, anunció que se reunirá el próximo lunes, una semana después de la elección, con los representantes de los partidos para analizar las quejas existentes.
El papel del INE ha sido severamente cuestionado por su silencio ante las irregularidades denunciadas en la jornada electoral del 4 de junio. La imparcialidad de su arbitraje está en duda para la sucesión presidencial, lo cual es una pésima noticia para todos. Ojalá que se logre revertir esa percepción.
