¿Y el Sistema Estatal Anticorrupción?

Imagine que compra un doberman para custodiar su casa, para espantar y ahuyentar a los malhechores. Pero ese perro está chimuelo y, encima, es sacatón. Así está el Sistema Estatal Anticorrupción en Veracruz.
Si bien su supuesta función es “proporcionar herramientas y apoyos técnicos al Comité Coordinador para la articulación y consolidación de políticas públicas y procedimientos en materia de combate a la corrupción”, el sistema ha sido más conocido por sus constantes escándalos, que por su trabajo.
Ni la Secretaría Ejecutiva, ni el Comité de Participación Ciudadana dan visos de que puedan contribuir a poner un freno al sello que tenemos desde hace ya varios años a nivel nacional. Pareciera que sus integrantes se sacaron una muy buena beca pues, aunque cobran puntual y completo hasta 60 mil pesos nominales mensualmente, difícil es que se les pueda ver en su oficina trabajar, salvo Emilio Cárdenas Escobosa que es el único que va.
Temas han tenido muchos en los cuáles trabajar, como los presuntos escándalos de nepotismo en los tiempos de Morena, la supuesta corrupción en el DIF estatal, la inoperancia de la Contraloría, por citarles unos cuántos ejemplos que parece las y los comisionados no han notado. También, a diferencia de otros organismos descentralizados, presupuesto han tenido, y mucho para trabajar, pero nada más les ha alcanzado para un puñado de actividades a lo largo del año, enfocadas más a la equidad de género, que al combate a la corrupción.
Si visita usted su página de Internet podrá notar cuánto y en qué han trabajado. Otra área de ornato que nos cuesta mucho a los veracruzanos, para los nulos resultados que han entregado. Si permanece, la reconvierten o la desaparecen, los veracruzanos no notarían la diferencia. Ni la burlan perdonan con el nombre.
@YamiriRodríguez