Y Fidel para cuándo

Hay cosas que al actual gobierno le convendría hacer, que le costarían muy poco y que le darían mucho. Gestos que se convertirían en una buena noticia, y que se contarían, no sé si harto, pero sí lo suficiente para dejar de sumar negativos al menos por un día, y de día en día quizá la presente administración podría detener su caída en las encuestas. Quizá. Va una de ellas. Al calor del cambio en la Cancillería se tiene el pretexto ideal para que a Fidel Herrera se le pida que prepare maletas porque el concurso de sus servicios, diría el Che, ya no es requerido. Una sencilla decisión con efectos en al menos tres bandas. 1) Se corrige un error diplomático. España no se merecía que México rebajara el consulado general en Barcelona para posicionar ahí, sin trámite senatorial, a Fidel Herrera. En aquella ciudad se cuenta que en la ceremonia del grito de la Independencia, en septiembre pasado, entre los invitados se oyó un grito donde llamaban corrupto al exgobernador. Y que incluso en el metro de la capital de Cataluña hubo grafitis donde criticaban la llegada del veracruzano a tan señorial ciudad. 2) Se gana al invitar a Fidel Herrera para que no se distraiga con la burocracia diplomática de la delicada tarea de atender los señalamientos, que han venido creciendo, en torno a que los actuales problemas de Veracruz no comenzaron con Javier Duarte, heredero político de Herrera en más de un sentido. Fidel podría, entre otras cosas, aclarar qué supo y qué no supo (cuando se encontraba en la plenitud del inchi poder) de los fraudes en las medicinas del sistema de salud del estado que alguna vez gobernó. 3) Si el gobierno de la República se desembaraza de Fidel Herrera enviaría la señal de que entiende que es un personaje que en este momento forma parte del elenco que emproblema el actuar de Los Pinos, de esos personajes que la ciudadanía pensó que no serían protagónicos con la llegada al poder del llamado “nuevo PRI”. Y ya ven. Todo lo anterior, claro está, no prejuzga la inocencia de Fidel Herrera. Y tampoco se está sugiriendo que el exgobernador se dedique a inflar esa feria de declaraciones y ataques que en su momento protagonizaron el actual gobernador Miguel Ángel Yunes y su antecesor inmediato. Para nada. Veracruz requiere de todos los veracruzanos para la reconstrucción de una convivencia rota por muchas razones. Que Fidel Herrera deje Barcelona, que aporte información que ayude a despejar lo que se hizo mal o se dejó de hacer en su sexenio, que aporte datos sobre lo que él, siempre tan bien informado de cuanto ocurre en su tierra, sabe de cuánto ocurrió en el duartismo, y que ayude a su partido no disfrutando de una beca, perdón, de una posición diplomática que fue polémica en su momento y que no se justifica en la actualidad. Esta propuesta no es ni descabellada, y tampoco peca de original. Sólo atiende a lo que David López, exvocero presidencial, decía, según se escuchaba en el audio que circuló en redes sociales el martes. En esa conversación, López, hoy diputado, se mostraba francamente preocupado por dos hechos: El gobierno federal a) no parece darse cuenta del desmadre que trae (López lo dijo en esos términos), y b) a Enrique Peña Nieto le urgen resultados. Pedirle a Fidel que se sacrifique, y que regrese a la calidez de Veracruz, puede ayudar al Presidente. Que a cambio de ello concluya la carrera diplomática de Fidel, lo vale. (Fuente: El Financiero, “La Feria”; Salvador Camarena, 19/ENE/2017).