¿Y si investigan a los ediles?

A propósito de la detención del “Ojos”, líder del Cartel de Tláhuac en la Ciudad de México, llamaron a comparecer ante la Asamblea al delegado de esa demarcación territorial por que se sospecha que pudiera estar ligado al crimen.
Se dice que podría haber estado protegiendo a la delincuencia y recibiendo dinero a cambio.
Rigoberto Salgado Vázquez el delegado compareció este miércoles ante los asambleístas y desde luego negó cualquier vínculo.
¿Y en Veracruz porqué no investigan a los alcaldes y sus posibles nexos con la delincuencia?
No digo que los tengan, conste.
Pregunto que por qué no investigan si los hubiera, tal y como lo acaba de hacer el gobierno de CDMX.
La violencia, la inseguridad, los robos, asaltos, extorsiones, cobros por derecho de piso y un largo etcétera es enorme en la entidad veracruzana.
Prácticamente no hay rincón que se libre.
En algunos lados es mayor que en otros, pero la inseguridad está generalizada y ha rebasado al Estado que no puede con ella, eso está a la vista, no es una acusación, es describir lo que diariamente vemos.
Una de las propuestas del gobernador Miguel Yunes Linares que va materializando lentamente es que la policía regrese a los municipios, que no haya un mando único ni una corporación estatal central, sino que sea cada municipio responsable de la seguridad de su territorio.
Eso le compete directamente a cada alcalde.
¿Tienen alguna responsabilidad los alcaldes con la inseguridad?
Valdría la pena en este contexto de inseguridad y alta violencia que vivimos, que los alcaldes aprobaran alguna especie de examen de control de confianza, que precisamente de confianza a la ciudadanía y sepan que los ediles son personas confiables en este tema.
Actualmente para ser alcalde o gobernador o Presidente de la República, diputado o senador, e incluso regidor y síndico no se necesita ser confiable ni aprobar públicamente una prueba de control de confianza.
¿Por qué?
¿Qué los hace inmunes a esta prueba y sobretodo a no ser tentados por las grandes mafias?
A grandes males, grandes remedios dicen en mi pueblo, y ahora tenemos un mal gigantesco que requiere de un gran remedio que por más que lo intentan no se ven buenos resultados.
Necesitamos tener autoridades confiables en todos los sentidos y que pasen todas las pruebas.
La Constitución no discrimina a nadie y cualquiera que aspire puede tener un cargo público siempre y cuando no esté bajo un proceso penal, pero eso no es suficiente, desde mi óptica haría muy bien a la ciudadanía demostrar que las autoridades son íntegras y honorables, algo que está muy lejos de que pase.
México a pesar de pertenecer a los poderosos grupo de los países más influyentes y que dictan el destino del mundo, como el G20 y el G7, no tiene la misma aplicación de la justicia ni del derecho.
En todos esos países e incluso en otros que están muy por debajo de México, como serían nuestros vecinos latinoamericanos, los políticos son sujetos de juicios penales cuando su trabajo se torció, cuando robaron dinero público, cuando se amafiaron con los delincuentes o cuando permitieron actos ilegales que afectan a la ciudadanía y al propio gobierno.
¿Y en México?
Bien gracias.
Apenas ahora y bajo la presión internacional es que algunos, y digo algunos políticos como exgobernadores, están siendo sometidos a procesos judiciales por desfalco al erario público y hacer mal su trabajo.
Pero repito, solo son algunos.
Y ni son todos los que torcieron la ley, ni todos los que están bajo proceso son tan culpables como los quieren hacer parecer en el linchamiento mediático.
Ayer simplemente hablaba de varios de los cómplices del exgobernador Duarte que también se llenaron los bolsillos a manos llenas y están libres, algunos son hasta diputados.
¿De qué depende que se haga justicia?
De la voluntad política del gobernante en turno y de la capacidad de la Fiscalía para tipificar los delitos.
¿Y por qué no hay esa voluntad?
Mañana le seguimos
juliofentanes@gmail.com