Yunes y la inseguridad

A pesar de que el gobernador aliancista de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, se comprometió a que en seis meses acabaría con la violencia, ésta día a día y semana a semana cobra más y más víctimas, lo que le permite al protagónico político aparecer a todas horas en las pantallas televisivas, con su ya gastada expresión: “no permitiré que la delincuencia organizada mande en el estado, porque aquí no tiene cabida”. Sin embargo, tan la tiene, que sólo el fin de semana grupos armados ejecutaron en Cardel al comisionado de la Policía Federal, Camilo Juan Castagné y a un inspector; en Coatzacoalcos, los padres y sus cuatro hijos, fueron asesinados; en Orizaba, dos mujeres; en Minatitlán, tres personas fueron ejecutadas; en Las Choapas, una más y en Moloacán, otra. Eso, sin contar a miembros de familias de comerciantes o empresarios que siguen siendo secuestrados en municipios del sur, centro y norte del estado, o quienes viven bajo amenazas y, extorsiones y que a pesar de pagar rescates, son ejecutados. Todo ello confirma que por más apoyo que desde que asumió el cargo el mandatario veracruzano ha recibido de policías federales, soldados y marinos y por más alardes de poseer experiencia y capacidad policíaca que le permitirían poner fin a los altos índices de violencia registrados en el sexenio del priista Javier Duarte, Yunes Linares no lo ha logrado. Ah, pero eso sí, no desaprovecha ocasión para que cada vez que sicarios de los distintos cárteles de la droga, que de tiempo atrás están enfrascados en feroz disputa —Los Zetas, Jalisco Nueva Generación, del Golfo, entre otros— asesinan lo mismo a adultos, hombres y mujeres, que a menores de edad, como sucedió el fin de semana en Coatzacoalcos, aparece en las pantallas para insistir en que “no permitirá que… bla, bla, bla”. (Fuente: La Razón, “Pulso Político”; Francisco Cárdenas, 26/JUNIO/2017).